Tan solo ha quedado de la cerca urbana uno de sus portales, el Portal de Santo Domingo. Tuvo otros portales, como el de San Roque, el del Collado y el de la Iglesia. El de San Roque fue derruido pocos años después de finalizar la guerra civil (1936-1939) debido a que la estrechez de la puerta no permitía el paso de los camiones al interior de la población. Los otros dos fueron derribados mucho antes.
En 1287 el comendador de la Orden de Calatrava autorizó la construcción de la iglesia en el límite del recinto fortificado, apoyada sobre parte de la muralla concebida para colaborar en la defensa. De esa época nada ha quedado.
Portal de Santo Domingo. De la obra original poco queda, pues la construcción actual de este portal-capilla es de mediados del siglo XVIII. Su nombre procede, de la antigua existencia, en el piso superior, de una capilla dedicada a este santo. Durante muchos años estuvo en ruinas, debido, posiblemente, a los estragos de la Guerra de Sucesión del siglo XVIII o de alguna de las Guerras Carlistas del XIX, cuando el pueblo fue quemado tres veces en poco más de cien años. Finalmente, en 1993 se restauró y reconstruyó.