Murallas de Manresa

 

Partiendo desde el Puigcardener, discurrían por las actuales calles de Vía de San Ignacio, Bajada dels Sorets, Juego de Pelota, Muralla del Carmen, Muralla de Santo Domingo, Muralla de San Francisco, Apotecari y Paseo del Río, para llegar otra vez al Puigcardener.

Bastante mal estado. Apenas quedan algunos lienzos, transformados y deteriorados, entre los edificios urbanos. No se ha conservado ninguno de sus portales. Hay que destacar la nefasta acción llevada a cabo hace pocos años, de levantar el enorme edificio de los juzgados nuevos, sobre el mejor lienzo de la muralla hasta ese momento.

Las murallas urbanas de Manresa han tenido tres etapas. La primera, realizada en torno al siglo X, se construyó para proteger los primeros arrabales surgidos fuera del recinto del Puigcardener. De esta época quedan algunos lienzos cercanos a la Seu. A comienzos del siglo XII, las autoridades decidieron proteger los nuevos barrios que habían surgido extramuros, edificando un nuevo cinturón amurallado. La nueva cerca unió las antiguas murallas del Puigcardener con el Puigmercadal y la iglesia de San Miguel. Y la tercera línea de murallas (s.XIV), es la más conocida por todos, la que ha marcado la estructura urbana y la que perduró hasta finales del siglo XIX, cuando el ayuntamiento ordenó su derribo. No obstante, fue sometida a reparaciones y refuerzos varias veces durante cinco siglos, por lo que su fábrica y estructura son muy heterogéneas. Esta cerca tuvo un perímetro aproximado de 1.980 m. encerrando una superficie de 22 Ha. y contó con siete puertas (Galcerán Andreu, Santa Lucía, Sobrerroca, Carmen, Santo Domingo, Valldaura y San Francisco), aunque posiblemente tuviera algún portillo más, de pequeñas dimensiones. Comenzaban y terminaban en el Puigcardener, situado en el ángulo Sureste del recinto, junto al río.

 

Debajo de la Seu, desde el Camino de los Corrales, se observan restos de muros que sobresalen unos metros por fuera de las líneas del barranco. También se aprecian los restos de una puerta tapiada formada por un arco de medio punto. Esta puerta daba acceso al río. Con la urbanización del parque de la Seu, se rellenó toda la zona con tierra, dejando la puerta tapiada.

Restos de muros que bordean el cerro del Puigcardener.

 

Muro de Jaffa. Este fragmento se llama así por encontrarse junto a la casa de la familia Jaffa. Actualmente, es uno de los tramos más antiguos conservados de la muralla. En la parte posterior, aún se aprecia lo que podría haber sido el corredor interior del muro, convertido en la actualidad en un callejón entre el muro y las casas.

 

 

Portal de Galcerán Andreu. Al final de la calle de este nombre se abría uno de los portales. En 1370 fue reformado y consolidado con la nueva distribución de la cerca. Entre los siglos XV y XIX fue llamado Portal de Mosén Bosch.

Lugar donde se encontraba el Portal de Galcerán Andreu, a principios del siglo XX. 

 

Muro de Valls. Se debía llamar así en referencia a algún vecino con este nombre. Fue reconstruido en 1370, a pesar de que pertenecía al primer cinturón amurallado. Se trataba de un muro levantado directamente sobre el corte rocoso natural del torrente de San Ignacio, que hacía las veces de foso. Actualmente, los primeros seis metros son obra de una reparación del siglo XIX.

Portal de Santa Lucía o de Pellejerías. Al final de la calle de su nombre, estaba formado por dos torres cuadradas. Recibía su nombre por la cercanía del hospital de Santa Lucía y por encontrarse aquí los artesanos pellejeros. Fue el último portal de la ciudad en derribarse, en 1860. No obstante, se conservan restos de una torre, no visitables, dentro del edificio del Hostal La Masía, a la altura del primer piso.

 

Final de la c/ Santa Lucía, donde se situaba el portal. Se observan algunos sillares en la pared del hostal.

Torre de Sobrerroca. Formaba parte del portal de su nombre, con dirección al camino de Vich, con otra torre gemela que desapareció. Debe su nombre a su situación sobre una roca. Este portal era del siglo XII y fue reconstruído en 1370. En 1464 se construyó un puente levadizo sobre el foso. Era habitual alquilar las torres de los portales como viviendas para que los inquilinos se encargaran de abrir y cerrar las puertas. El primer inquilino conocido de la torre fue Jaime Solerferrán en 1380, y en 1382, era Jaime Puig. Algunas de las torres llegaron a conocerse por el nombre de sus inquilinos (torre de Na Seniosa o de Camps).

Puigmercadal. En el siglo XII quedo incluído en el perímetro de la cerca, convirtiéndose así en el segundo punto fuerte de la ciudad, junto con el Puigcardener. Contaba con una torre de piedra de grandes dimensiones, llamada Torre del Águila, que se convirtió en el otro vértice defensivo de la ciudad, junto con la Torre Vescomtal. Debía de tratarse de una construcción importante y sólida, pues era la única que estaba construída totalmente en piedra. En 1308 el Consejo de la Ciudad hizo donación de los terrenos a los frailes para que construyeran un convento.

 

 

 

Antiguo convento del Carmen, hoy convertido en albergue. Se encuentra en la cima del Puigmercadal.

Muralla del Carmen. Sector muy modificado por la reforma de 1822. Sobre el espolón que la montaña tenía originariamente y que ocupaba el solar de la actual plaza de Europa, se construyeron tres nuevas torres. En 1850 un fuerte desprendimiento hizo caer esta parte del cerro y en 1859 fue necesaria una nueva reparación. En esta ocasión, el monte fue cortado en ángulo recto, creándose el espacio de la actual plaza. El tramo de la muralla del Carmen es un paramento formado por sillares muy irregulares de tamaño bastante grande. La esquina de la Plaza de Europa presenta un zócalo formado por grandes bloques de piedra sin trabajar, falcas de piedra pequeña y contrafuertes. El Portal del Carmen estaba formado por una sola torre circular y se abría al camino de Cardona.

 

 

 

Parte de la muralla del Carmen. Se observa la iglesia del convento del Carmen.

Muralla del Carmen, en la calle homónima.

Portal de Santo Domingo. Se construyó aprovechando parte del convento de 1318. El campanario de la iglesia se utilizó como torre, así que solo fue preciso levantar una. Y el ábside de la iglesia también pasó a formar parte del muro. Entre los siglos XVI y XVII, la torre medieval fue derribada, y el portal fue reformado de forma importante para hacerlo de mayores dimensiones. Durante la Guerra Civil el convento fue derribado creando la actual plaza.

Portal de Urgel o de Valldaura. Estaba formado por dos torres cuadrangulares que sobresalían exteriormente de los muros. En el XVII fue reformado y se le añadió un cuerpo en el exterior. En 1853 todavía se mantenía en uso. Enfrente del portal se situaba el convento de las monjas de Valldaura, pero en 1465, durante la guerra civil catalana, el gobernador militar de Manresa, ordenó derribarlo, ante la posibilidad que el enemigo se hiciera fuerte en él.

 

 

Restos del Portal de Valldaura, en unas excavaciones recientes.

El tramo de muralla situado al Oeste, fue levantado entre 1375 y 1380, era conocido como Les Barreres. Contaba con un pequeño portillo.

 

Base de un cubo aparecido en Les Barreres durante la construcción de un aparcamiento subterráneo.

Portal y muralla de San Francisco. Se abría al camino de Lérida. En el siglo XIX el muro se hallaba muy deteriorado y en 1857 se derribaron las dos torres del portal.

 

Era de Codina. El muro corría por encima de la roca a la altura de la actual calle del Apotecari, a unos metros de altura del cortado. Contaba con un corredor o paso de ronda interior. En este tramo se aprecia claramente la técnica constructiva: paramento de bloques de piedra de tamaño medio, rectangulares y bien escuadrados, formando hileras muy regulares. No se observan falcas entre bloques y se unían con mortero de cal.

 

 

Otra imagen del sector de la Era de Codina. Los muros discurren sobre el borde de las rocas que caen al río.

Muro de Arbonés. La actual calle dels Llops se cree que podría ser el paso de ronda interior. La construcción del edificio de los nuevos juzgados en el año 2008 ha permitido conservar, restaurar y museizar un tramo de muralla integrándola al nuevo edificio.

 

 

El muro de Arbonés una vez se preparó el terreno para construir los juzgados.

 

 

 

Juzgados Nuevos, directamente sobre la murallas. Incomprensible.

El tramo de muralla de esta zona se construyó entre 1380 y 1385, aprovechando el desnivel de las rocas sobre el río Cardener. Las hiladas inferiores pertenecen a la muralla original, pero las superiores corresponden a obras y reformas realizadas entre los siglos XVI y XIX

 

A mediados del siglo XX, todavía las casas se apoyaban sobre el muro de Arbonés. Se derribaron para levantar el edificio de los Juzgados. Poco hemos adelantado.

Muro del Puigcardener. Bajo el parque de la Seo, desde la Plaza de la Reforma, se aprecia el muro que protege el precipicio a lo largo de toda la vertiente del río. Este tramo fue levantado en el siglo XIX como muro de contención de tierras al exterior de la muralla medieval que ha quedado encerrada más adentro del cerro. Está formada por un paramento muy irregular que mezcla sillares de tamaños diferentes, e incluso ladrillo. En el lado de poniente de la colina se abría el Portal del Coll Cardener.

Aparte de todos los elementos antes reseñados, aparecen bien documentados otros dos portales que estuvieron ubicados en las primeras ampliaciones de la cerca, quedando obsoletos y siendo derruídos. El tramo de la muralla vieja que bajaba desde el Puigmercadal, por el Pedregal, hasta San Miguel y les Piques, también se derribó y no quedan restos de él.

Fueron los portales:

Portal de San Miguel: situado cerca de la Plaza del Olmo. En torno a 1370 se construyeron las nuevas murallas, por lo que el portal quedaba en el centro de la ciudad dividiéndola en dos. En 1380 se ordenó derrocar la muralla de este sector, aprovechando las piedras para reparar la zona que se extiende sobre el arroyo de San Ignacio. Las piedras del portal se aprovecharon para la construcción de la Seu.

Portal de les Piques o de la Tría: ubicado en la calle de su nombre, cercano a la Plaza de las Cruces. Fue el portal de mediodía de la ciudad y permitía la salida al río Cardener. Entre 1370 y 1380 fue reconstruido de nuevo. Parece que, a diferencia de los otros, éste portal no estaba reforzado por torres.

Con la política de expansión hacia el Sur, entre los siglos IX-X, los vizcondes catalanes establecieron la frontera meridional en el río Cardener y en el Llobregat, para ello fortificaron de nuevo el antiguo Puigcardener. El recinto murado tenía su perímetro por la parte superior de la colina, adaptándose a las irregularidades del terreno. En 1362, ante el peligro que representaban los mercenarios denominados “Compañías Blancas”, el consejo de la ciudad decidió reforzar los muros viejos y construir un nuevo perímetro de murallas que englobarían los nuevos barrios y arrabales que habían surgido al Oeste de la ciudad. Los tramos nuevos se construyeron rodeando el convento de Santo Domingo, el torrente de los Predicadores y el precipicio sobre el río Cardener. El muro tenía intercaladas torres cuadrangulares y semicirculares. Esta nueva cerca, levantada entre 1362 y 1380 fue el tercer recinto de la ciudad. A lo largo de los siglos XVII y XVIII, algunos muros fueron utilizados como pared de las casas y se abrieron puertas y ventanas sobre él. Algunos tramos (Apotecari) fueron recrecidos y utilizados como muros de contención de tierras. Otros (Carmen y Puigcardener) fueron totalmente reconstruídos. En 1822, Manresa fue ocupada por las tropas constitucionales del brigadier Rotten, que estableció un fortín sobre el cerro de Puigterrá y reconstruyó las murallas del sector de Puigmercadal, añadiendo un contrafuerte triangular. En 1877 el ayuntamiento ordenó su derribo, convirtiendo los fosos en grandes avenidas arboladas.