Murallas de Castellfort

Disposición de las casas con respecto a los cantiles rocosos. Tanto los elementos naturales como los artificiales se unían para aumentar la defensa y el efecto disuasorio. Esto sucede tanto en su flanco Este como en el Oeste. Sólo la parte meridional carecía de estos cantiles.

Estaban englobando al caserío, pero han desaparecido. Es posible que queden lienzos entre las casas mimetizados entre paredes modernas. Es difícil discernir esta cuestión.

Los repobladores cristianos se establecieron fuera del recinto de Galintort, en su parte Sureste, rodearon todo el recinto de fuerte muralla y establecieron diferentes portales y torres de refuerzo en la muralla. El primitivo recinto se hallaba aposentado sobre un enorme peñasco, en parte aislado de la montaña. Corresponde a la entidad histórica denominada Galintort. La disposición de las casas sobre la cornisa de los acantilados hace que sus calles posean en sí mismas un carácter defensivo. Se sabe que contó con cinco puertas (de la Presó, de les Eres, de Sant Roc, de la Carnissería y D’En Cabanes o Sanmartina) y algunas torres famosas (Torreta de la Presó o Torreta de la Vila), pero nada queda. Tan solo es posible figurarse la posición de los portales ante las salidas naturales del pueblo.

 

En 1361 con motivo de las guerras con Castilla fue fortificado de nuevo el lugar por Pedro IV de Aragón. Durante la guerra civil que se desató en el Maestrazgo en 1406, tras la muerte del rey Martín el Humano, fue escenario de grandes combates, al ser un núcleo bien fortificado con sus cinco portales protegidos por puertas de grandes cerraduras y cadenas. En 1691 se separó de Morella, y recibió de Carlos II el título de Villa Real. Más adelante su historia destaca en 1708 el episodio de la Guerra de Sucesión de una sangrienta batalla entre las tropas del Archiduque Carlos y de Felipe V.