Se asientan sobre un pronunciado meandro del río Lozoya, configurado a modo de península. De ahí que su recorrido presente forma de triángulo escaleno. El río, actualmente contenido en el embalse de Puentes Viejas y antiguamente encajado en un desfiladero, actuaba como barrera defensiva natural por sus caras Este, Norte y Oeste. Son las mejores murallas de la provincia, por su antigüedad y estado de conservación.
Muy buen estado. Se conserva el recinto completo, pues fue reconstruído en sus partes más deterioradas.

Espléndida imagen de la villa vieja de Buitrago, rodeada por la muralla y las aguas embalsadas del río Lozoya.



Esta parte externa de la muralla todavía mantiene edificios adosados al muro, lo cual hace complicada su observación.
Torre del Reloj y Puerta de la Villa. Se trata de una torre albarrana de 16 m de altura y de planta pentagonal, llamada así por el reloj instalado a principios del siglo XX, en su parte superior. A través de la cual se abre la entrada principal de la muralla. Se trata de un acceso en recodo, al igual que la del castillo, con un arco doble de herradura hacia el interior, y uno ojival hacia el exterior. Se pueden observar todavía las caídas de los rastrillos y las quicialeras en piedra de las puertas.

Torre del Reloj y Puerta de la Villa, vistos desde intramuros.


Muralla urbana. Posee una planta irregular pero que recuerda a un triángulo, con 800 m. de perímetro. A excepción del frente Sur, está rodeada por las aguas del río Lozoya que formaban un desfiladero, aunque actualmente debido a la construcción del embalse de Puentes Viejas, el agua, embalsada, presenta un elevado nivel que oculta dicho desfiladero y que casi llega hasta los mismos muros. Por la propia naturaleza del terreno, el frente más sólido, es el meridional, pues en él se concentran las más fuertes defensas al ser el único punto accesible. Y es aquí en el único punto que la muralla se refuerza con cubos y con barbacana. El muro meridional presenta una anchura de 3’5 m. y una altura de 9, estando reforzado por 12 torres y cubos de diferente tipología. Todas son macizas, rectangulares y con la misma altura que el muro. Destaca el poco saliente de las torres, característica típicamente islámica. También contó este muro con una barbacana, de 4 m. de altura y 2 de grosor, cuyos restos se pueden admirar en la zona Suroeste. El resto del muro (frentes Este, Oeste y Norte) presenta una altura de 6 m. y un grosor de 2. Es, pues, de muchas más reducidas dimensiones, y no presenta cubos de refuerzo. Cuenta con tres puertas, la Puerta de la Villa, considerada la principal, el Arco del Piloncillo, al Oeste, y que daba acceso al puente viejo, y el Arco de la Coracha, al Este, que quizá sea nuevo pues parece que no existía en el antiguo recinto. La fábrica del muro es muy variada, pues hay mezcla de materiales y sistemas constructivos de todas las épocas, incluso de las últimas reparaciones modernas.

Lienzo Suroeste, que va desde la Torre del Reloj, al fondo, hasta la esquina del río. Se aprecian los restos de la barbacana.

Lienzo Suroeste, desde el exterior, con las torres. A los pies queda, muy arruinada la barbacana.
El mismo muro desde el interior de la villa. Esta zona ha sido liberada de construcciones parásitas.


Otra imagen del lienzo Suroeste. Se observa el quiebro en la muralla y la diferencia de tamaño entre un sector y otro.


Dos imágenes de la liza del muro Suroeste.

En las cercanías del Puente Viejo, la muralla da un brusco giro en dirección Norte, cambiando por completo su estructura. Esta es la torre donde se produce el giro. A la derecha, la barbacana.
El conjunto del recinto parece ser obra original musulmana, realizando los cristianos diversos añadidos y refuerzos, que se superpusieron a las primitivas construcciones, sin variar sus características. El trazado y fábrica de la muralla denotan su origen musulmán. Siguiendo las pautas de la arquitectura militar andalusí, presenta numerosas torres de planta rectangular y escaso saliente, así como mampostería encintada con ladrillo en numerosos tramos.
En el flanco Oeste, la muralla presenta algunos requiebros. Aparece almenada al completo.


Lienzo occidental, abundante en requiebros. Aquí aparece una de sus puertas, el Arco del Piloncillo.

Exterior e interior del Arco del Piloncillo. Sus dovelas fueron expoliadas en el pasado.



Extremo septentrional de la muralla.


Lienzo Este.

Detalle de la fábrica original del lienzo Este. Se aprecian las hiladas de las cajas y los agujeros de las agujas del tapial.

Es probable que la primera construcción fuera edificada entre los siglos IX y XI, en el contexto defensivo de la Marca Media, una extensa zona que la población musulmana fortificó para detener el avance de los reinos cristianos y asegurar la plaza de Toledo. Sin embargo, la construcción que ha llegado hasta nuestros días es fruto de sucesivas ampliaciones y reformas acometidas por los cristianos, una vez que Buitrago del Lozoya quedó integrada dentro de la Corona de Castilla. Las primeras menciones históricas del asentamiento son del siglo XI con la reconquista del territorio por el rey Alfonso VI, el cual repobló la zona con castellanos en 1076. Durante la Edad Media conservó su importancia estratégica como nudo de comunicaciones con el Norte a través del puerto de Somosierra. Entre los años 1075 y 1200 debió ser una cerca de tapial, con torres de refuerzo en el lado meridional y una sola puerta, también en este lado. Entre 1200 y 1300 se procedió al refuerzo del muro con una capa de mampostería encintada. Entre 1300 y 1358 se volvió a reforzar el muro con otra capa de mampostería, se levantó el antemuro meridional y la torre pentagonal que defiende la entrada. El recinto amurallado fue declarado Patrimonio Nacional en 1931.

Boquete abierto en la muralla para el acceso de vehículos. Debe ser coetáneo a la Puerta de la Coracha.

Coracha y Puerta de la Coracha.



Exterior e interior de la Puerta de la Coracha.
Adarve del lienzo Este, habilitado para el paseo turístico.
Interior del lienzo meridional, tramo entre la puerta y el castillo


El mismo lienzo, desde lejos. Todo su destruido adarve aparece cubierto de hierbas.

Detalle del deterioro que sufre la fábrica del lienzo, una vez retiradas las edificaciones parásitas


Embutido en el muro meridional, al Oeste de la Puerta de la Villa, se ha conservado, muy oportunamente, un pequeño tramo de la muralla musulmana. No es visible desde el exterior ni está indicada su situación. Se accede por medio de unas estrechas escalerillas metálicas que se aprecian en el adarve de la fotografía superior. Este excepcional muro conserva intactas las almenas de tipo piramidal.