
Cubo situado en el centro del lienzo Norte, restaurado por el ayuntamiento. Se aprecian aspilleras de diferente tipo.
Rodeaban la primitiva villa de Almenara, pero en la actualidad los únicos restos conservados se hallan en la calle Molins.
El sector conservado está restaurado, el resto ha desaparecido.

Lienzo Norte, restaurado, en la c/Molins

Formaban dos rectángulos concéntricos que dejaban un espacio o liza de 3’25 metros, llamado “Corredor de la Muralla”. El primer lienzo fue el interior y se levantó a principios del siglo XVI, contaba con un espesor de 0’45 m. y estaba adosado a los corrales de las casas. El lienzo exterior, comenzó a construirse en 1543 y se concluyó en 1553. Tenía un grosor de 1’20 m. Los cuatro ángulos estaban protegidos por cuatro torres, más dos más en el centro de los lados Norte y Sur. En la actualidad se puede contemplar la mayor parte del lienzo Norte con un gran cubo en su mitad, y la torre del extremo Noreste, bastante deteriorada, y ocupada por una especie de cobertizo que la oculta en parte.

Cubo Noreste, muy maltrecho.
Posible origen griego o cartaginés. Luego ocupado y colonizado por los romanos. En 1098, el Cid conquistó la villa de Almenara después de tres meses de asedio. Años más tarde, Jaime I conquistó Almenara el 10 de marzo de 1238, le otorgó el título de Villa y la donó a su tío Guillermo Berenguer de Entenza. Luego perteneció a Pedro III el Grande. En 1292 fue creada la baronía y luego comprada por Francisco Próxita por 220.000 sueldos. Al primer barón le sucedió su hijo Olfo, a quién en 1349, Pedro el Ceremonioso le concedió el mero y mixto imperio por 17.000 sueldos. El VII barón, Juan de Próxita y Centelles, recibió de manos de Alfonso el Magnánimo en 1447, el título de conde, creándose por tanto el Condado de Almenara. El 18 de julio de 1521 tuvo lugar la batalla de Almenara, al Sur de la población, durante las Germanías. Los agermanados, en número superior a 6.000 y mandados por Jaime Ros, jurado de la ciudad de Valencia, se enfrentaron a las tropas reales del duque de Segorbe, Alfonso de Aragón. Las tropas reales se componían de tres cuerpos de Infantería (Uno, Morella, Onda y Castellón; otro, los moros de Segorbe; y el otro, de catalanes) apoyados por la caballería de Francisco Despuig, comendador de Montesa, y Joan Escribá de Romaní, mestre racional de Valencia, que jugó un papel decisivo. A pesar del número superior de agermanados, constituyó la primera derrota de éstos, con lo que perdieron definitivamente el ya inseguro control que habían adquirido en el Maestrazgo.

Plano figurado del antiguo recinto colocado por el ayuntamiento en el sector de muralla conservado.