Recinto superior visto desde el Este. Entre las dos torres aparece la entrada original.
Se encuentra sobre el Puig del Castell, dominando la villa, a 178 m. de altura. Ocupa un lugar muy estratégico, controlando la llanura costera y el camino que desde la más remota antigüedad recorría la costa, la Vía Augusta. Se accede a él por un sendero que nace en la parte alta del pueblo.
Muy mal estado. Restos escasos, paredes caídas o desaparecidas, olvido total.
Imagen clásica de la población de Almenara, con su castillo y las dos torres que lo flanquean.
Torre del Homenaje, muy arruinada, situada en el punto más alto del monte.
Castillo montano de planta irregular dispersa, con tres recintos y una torre avanzada en el flanco Oeste. El recinto superior es el mejor conservado, pues se mantiene la totalidad de su perímetro, ocupando una superficie aproximada de 1.100 m2. Cuenta con tres grandes cubos cuadrangulares en cada uno de sus extremos. Los del Este flanquean la entrada. En el centro y en la parte más alta aparece la torre del Homenaje, muy arruinada, pero de enormes dimensiones, realizada con tapial de mampostería de pequeño tamaño. El resto del recinto es de mampostería y tiene algunas zonas modificadas para la artillería desde la época de las Germanías. El segundo recinto es mucho más grande (en torno a los 6.000 m2) y se sitúa a nivel más bajo en la ladera Norte. Como elementos destacados quedan el muro perimetral Norte, con restos de dos cubos, y las ruinas de un gran aljibe. Todas las construcciones del interior han desaparecido. Y por último, el tercer recinto, posible albácar, del que solo quedan vestigios y un posible aljibe, situado más al Norte y a nivel todavía más bajo. Más allá, tan solo quedaba la puebla, hoy desaparecida por completo. Todas las defensas se hallan situadas al Norte, pues en el Sur, los vertiginosos escarpes rocosos hacían imposible el ataque. Se dice en las crónicas del siglo XIII, que lo defendían dos torres aisladas (Bivalcadim, junto a la puerta del castillo y Bergamuza) situadas en los extremos que poco tienen que ver con las actuales, pero ello ha llevado a confundirlas con las dos torres que ahora se conservan llamadas por los vecinos “el agüelet” y “la agüeleta”.
Frente Norte del recinto superior.
Frente Sur del recinto superior. Se observa la diferencia entre los dos lados. En uno la ladera y en el otro, las rocas verticales.
Gran torre del extremo Oeste del recinto superior
Extraño quiebro trapezoidal en el flanco Norte.
Vista del castillo desde la torre del telégrafo, en el Este.
Castillo musulmán, aunque parece ser que se levantó sobre un olvidado poblado ibérico. Es nombrado por primera vez en el Cantar del Cid y en un texto de al-Udri, único texto musulmán que lo nombra. Y ambos lo datan en el siglo XI, aunque se han encontrado cerámicas en el castillo del siglo X. Fue tomado por Jaime I en 1238, perteneciendo a la Corona hasta 1292 en que Jaime el Justo lo vendió a Francisco de Próxita por 220.000 sueldos. Tras la conquista se convirtió en residencia del rey Jaime I y su esposa Violante de Hungría. En la Crónica de Jaime I o “Llibre dels Feyts” se narra que el rey hizo un pacto con los moros por el cual le cedieron las dos torres y la albacara del castillo a cambio de tierras, ganado y vestidos. En una de sus torres, “la torre forcada”, se produjo la rendición de las fortalezas árabes de la zona ante Jaime I. Durante las Germanías, los muros medievales fueron adaptados para la artillería. Actualmente es propiedad del ayuntamiento.
Aljibe.
Lienzo Norte del segundo recinto.
Lienzo Este del segundo recinto.
Gran torre con la base ataludada del extremo Noreste.