Murallas de Alcira

Rodeaban la ciudad antigua discurriendo por las actuales calles de Faustino Blasco, Santa Teresa, Ronda de Algemesí y Avda. Luís Súñer. Alcira se levantaba sobre un meandro muy cerrado del río Júcar, que convertía a la ciudad casi en una isla, como indica su nombre árabe (al-Jazira Xuqr = Isla del Júcar). Solo se podía penetrar en ella por medio de dos puentes. A principios del siglo XX el meandro fue cortado, derribados sus puentes y rellenado el cauce del río para facilitar el crecimiento urbano.

Tan solo queda un largo lienzo en la Avda. Luís Súñer y dos torreones en la Ronda de Algemesí.

 

Interior de las murallas. Se estaban realizando excavaciones en nuestra primera visita, en 2009.

 

 

Imagen de 2021, con las obras finalizadas.

Aprovechando la defensa natural que brindaba el río formando casi una isla, se levantaron sus murallas, tanto como protección militar como defensa ante las frecuentes inundaciones. La cerca estaba formada por un sólido lienzo coronado de almenas y reforzado por numerosas torres semicirculares. Los muros fueron construidos a base de mampostería con piedras irregulares, aunque también se emplearon adobes y tapial. La erosión del tiempo y de las aguas, así como los numerosos hechos bélicos en que se vieron envueltas y el crecimiento urbanístico, las ha hecho desaparecer en su mayor parte, pero quedan restos notables. El tramo más extenso recae en la Avda. Luís Súñer, de 250 m. En la Plaza del Mercado hay otro lienzo de unos 50 m. con tres cubos, y en la Ronda de Algemesí se puede observar un cubo solitario. Su posición era muy estratégica pues solo por aquí se podía cruzar el río por puentes, con lo que controlaba el camino de Valencia a Játiva y Murcia.

 

 

Los lienzos de la cerca han sido utilizados desde antiguo para levantar edificaciones de todo tipo.

 

 

Lienzo con tres cubos descubierto al levantar un edificio en la Plaza del Mercado.

Aunque se han encontrado numerosos restos romanos en las cercanías de la ciudad, se cree de fundación árabe. Las murallas datan de los siglos VIII y IX. Fue una población muy importante durante la dominación musulmana ya que era el único lugar en que existía un puente para cruzar el río. De entre los alcireños de la época destacan los escritores Ben Jafacha, Al-Zagag, Ben Amira y Ben Thalmus, los jurisconsultos Ben Abil Kasal y Abu Baker, el historiador Algapheker abu Abadía y el matemático Ben Rian. En 1242, el castellano Sancho Sánchez de Mazuelos inició tratos con los musulmanes de Alcira para que entregasen la ciudad al infante de Castilla, Alfonso, con el fin de detener a Jaime I en el Júcar. El alcaide musulmán partió hacia Murcia para entrevistarse con el infante castellano, pero en su ausencia, los principales de la villa, pactaron con Jaime I. Éstos entregaron la ciudad el 30 de diciembre de 1242 a cambio de respetar su religión y propiedades. El rey la repobló con cristianos, reservando los arrabales exteriores para moros y judíos. Jaime I revistió de gran autoridad a sus jurados, cuyo imperio extendió sobre muchos pueblos de la ribera del Júcar, y le otorgó el título de Coronada y Fidelísima. En 1249 le concedió gobierno sobre 42 pueblos, con jurisdicción para cobrar impuestos, mero y mixto imperio y potestad para enjuiciar causas criminales y civiles, según el Fuero de Valencia. En 1273 le concedió las aguas del Júcar para sus riegos. El Conquistador sintió especial predilección por Alcira, donde vivió largas temporadas y acabó prácticamente sus días. El 26 de junio de 1276, en Alcira, renunciaba al trono proclamando rey a su hijo, para morir 24 horas después en Valencia. En 1277 hubo una revuelta de los judíos originándose una gran matanza. Pedro III el Grande entregó la población a su hijo Fernando en 1284. En 1338 Alfonso el Benigno lo concedió como arras a su esposa Leonor, pero como consecuencia de la guerra de la Unión, revocó esta donación, declarando Alcira como Villa Real, no enajenable por la Corona. 

Último cubo de la Avda. Luís Súñer antes de desaparecer la cerca bajo la ciudad moderna.

Cubo solitario en la Ronda de Algemesí. Este con fábrica de mampostería. Existe otro en esta calle pero está oculto por viviendas.

En 1520 el Consejo Municipal se declaró a favor de las Germanías. El ejército real puso cerco a la villa. Con barcas traídas desde Valencia 8.000 hombres lograron cruzar el río y atacaron con artillería pero igualmente contestaron los alcireños, bien pertrechados. El cerco duró un mes, muriendo más de 1.000 de los sitiados. Los agermanados de Játiva acudieron en socorro de Alcira obligando a las tropas reales a levantar el cerco, pero en 1522, tras un segundo asedio, tuvo que capitular. En 1705, Alcira se declaró partidaria del Archiduque Carlos, pero el 17 de abril del siguiente año, tras dura defensa, se rindió al ejército castellano del Conde de las Torres. Felipe V, en represalia, abolió sus fueros y privilegios municipales. Durante la guerra de 1823 se declaró constitucional, siendo bombardeada por las tropas realistas. En 1873, con motivo del movimiento cantonalista, el gobernador civil se trasladó a esta ciudad.

 

Al derribar algunas viejas casas en la calle Mayor, se liberaron algunos tramos de la cerca, pero incomprensiblemente han vuelto a quedar ocultos al levantarse casas de nueva planta. Este es el aspecto que presentaban en el año 2009, con excavaciones arqueológicas en marcha.

 

 

Lienzo aspillerado (2009) descubierto al derribar una casa en la calle Mayor.

 

 

çCubierto con plásticos blancos aparece otro tramo de la muralla liberado en 2009. Este tramo pertenece a la parte Norte. El mismo lugar en 2021.

Muestra de las excavaciones que se estaban llevando a cabo, en 2009, tras derribar algunas casas.

El mismo lugar en 2021.