Murallas Carlistas

El único lienzo conservado desciende desde lo alto de la montaña, en las cercanías del lugar donde están las gigantescas letras blancas con el nombre del pueblo, hasta el arrabal de San Agustín, en la zona Norte del casco urbano, cerca del cementerio. Era denominada “la línea”.

Bastante mal estado. Se producen desprendimientos constantes ante la dejadez de las autoridades. Hace pocos años, para colocar unas mallas metálicas protectoras ante la caída de rocas, se arrasó un tramo para construir una carretera de acceso a la maquinaria pesada, sin que haya vuelto a repararse.

Garita en buen estado.

 

 

El lienzo, desde donde fue cortado para construir el camino, hasta la montaña.

Se trata de un simple muro de mampostería con innumerables aspilleras para el fuego fusilero. Contó con garitas de vigilancia, de las que quedan dos, una en buen estado y la otra, medio derrumbada. El muro, al llegar al casco urbano, se difumina entre las casas que lo utilizan como muro de carga o medianero.

Se levantó entre 1838 y 1839, al mismo tiempo que el Fortín Carlista, ante la amenaza que representaban las tropas del general Cabrera. Pretendía cerrar el acceso a Cullera desde el Norte, pero nunca se utilizó en acción bélica.

 

 

Restos de otra garita en la parte alta del lienzo.