Muralla Medieval de Vinaroz

Rodeaban el casco antiguo por las actuales calles de Santo Tomás, Santos Médicos, San Juan, Socorro, Plaza de Jovellar, Plaza de San Cristóbal y San Valente.

Desaparecidas. En la zona del casco viejo aparecen cuatro arcos de posibles portales, pero solo uno coincide con el recorrido de la muralla.

Posible portal de la muralla, pues es el único que coincide con el perímetro de sus muros.

De planta cuadrangular, con muros de 235 brazadas de perímetro (394 metros), reforzado con numerosas torres y baluartes, y por un foso abierto sobre la peña viva, encerrando en su interior 400 casas. Se conoce el nombre y ubicación de algunas torres, como la Torre del Migdía, situada en la calle Socorro; la Torre de San Juan, en la calle homónima; la Torre Jussana, en la confluencia de las calles de los Santos Médicos con Santo Tomás; y la Torre D’En Cifre. Desconocemos el número de portales y su nombre. El único resto seguro es un lienzo aparecido al derribar una vieja casa en la Plaza de Jovellar, pero no es posible verlo porque ha quedado oculto. Se trataba de un muro de un metro de espesor, buena robustez y mampostería unida con mortero.

 

 

Cuadro de 1613 de Pere Oromig y Francisco Peralta titulado: “Embarque de los moriscos en el puerto de Vinaros”. En él aparece la ciudad rodeada por una muralla reforzada con torreones.

Fue una antigua alquería musulmana dependiente de Peñíscola, conquistada en 1233 por Jaime I, el cual le otorgó carta-puebla en 1241. En 1294 fue cedida a la Orden del Temple y en 1319 pasó a la de Montesa formando encomienda junto con Benicarló. El maestre de la Orden, Hugo de Folcalquier, fue quién ordenó la construcción del recinto amurallado en el siglo XIV. En 1411 se reunieron Cortes en Vinaroz con el fin de enviar la representación valenciana que acudiría a Caspe para resolver la sucesión de la corona aragonesa tras la muerte sin descendencia de Martín el Humano. En agosto de 1545 los habitantes de Vinaroz repelieron tras dura batalla el ataque de 13 galeras argelinas bajo el mando de Salah Rais. En 1556, los vecinos consiguieron poner en fuga una fuerza corsaria que había desembarcado en Benicarló. En junio de 1627 atacaron y rindieron una embarcación mora, matando a seis moros y capturando otros 13. Ante la grave y constante amenaza de los piratas, las murallas fueron restauradas y reforzadas en el siglo XVI. Durante la Guerra de la Independencia, las tropas españolas del general Bassecourt, fueron derrotadas por Suchet, quién saqueó la villa y el tesoro de la iglesia en 1810. En este ataque fueron derribadas las murallas a causa del fuego artillero. A partir de este siglo comenzó la ruina y derribo de las murallas favorecido por el gran crecimiento demográfico.