Esta pequeña fortificación es de construcción muy simple. Un largo lienzo con una torre en cada extremo.
En la ladera del monte de Les Creus, a mitad de camino hacia la cumbre, al abrigo de unos enormes peñascos verticales. Se llega hasta él por el sendero PR-V 38 que empieza en la parte alta de la población, junto al depósito de agua. Basta con seguir sus marcas.
Mal estado. Solo se ven los restos de dos torres, el aljibe y el arranque del muro del contorno.
Los restos del aljibe, prácticamente ocultos por la vegetación.
Imágenes de la torre meridional.
Castillo roquero con una curiosa planta alargada, orientada al Noroeste-Sureste. En lugar de situarse en la cima de un agreste peñón rocoso, como es lo habitual, su posición se establece en una gran cornisa, estrecha y alargada (unos 85 m), defendida por el Oeste por altas paredes verticales inaccesibles. El muro arranca en la pared, defendido por una torre y termina en la misma pared, defendido por otra torre, cubriendo un área de 1.500 m2. La zona Norte, protegida por paredes de roca verticales, es impenetrable, por lo que la puerta debió estar al Sur, lugar donde existen restos muy arruinados de algunos muros en lo que parece ser alguna estructura más compleja. También se aprecian, entre la espesura, un aljibe de planta rectangular, algunos basamentos en su interior y abundante cerámica en superficie. Toda su fábrica es la mampostería y el tapial.
Protegido a sus espaldas por rocas de dimensiones colosales y por delante con un escalón rocoso de gran altura, esta pequeña fortaleza, de historia desconocida, se aferra al escaso espacio que encuentra en tan escarpado lugar.
Torre Norte.
Lienzo que une las dos torres.
Lienzos paralelos en el extremo Sur. Parecen formar parte de alguna estructura en la que estuviera la entrada, con un acceso en zig-zag.
Torre Norte. Arriba a la izquierda se ven los muros del aljibe, y también se observa un lienzo descendente.