Se encuentra en la parte alta del pueblo, sobre una loma. Es fácilmente accesible entre sus calles.
Muy mal estado. Se encuentra completamente desfigurado y con aspecto de abandonado.
Frente Norte.
Base ataludada de una posible torre en la esquina Suroeste.
Antiguo castillo-palacio que más parece una casona triste y decrépita. El paso de los años en completo olvido y dejadez por parte de sus cinco propietarios que han reformado sus respectivas partes de manera individual sin ningún criterio artístico ni histórico, lo han llevado al límite, existiendo numerosas grietas, inclinación de muros y degradación de sus materiales. Toda su estructura original interior se ha perdido. El edificio tiene planta en forma de L, con sus dos crujías al Norte y al Este. En la esquina Suroeste existe un patio cerrado por un muro en bastante mal estado. Con todo ello, forma su definitiva planta rectangular (33 x 25 m) con una superficie aproximada de 825 m2. Toda la obra actual es de ladrillo, quedando en sus dos esquinas occidentales las bases ataludadas de dos torres de buena sillería. La fachada principal es la oriental, orientada hacia el pueblo, en la que aparece la que, sin duda, fue su entrada principal, con arco rebajado y enmarcada actualmente con pintura blanca. Además se abren otras puertas y ventanas modernas. En sus fachadas Norte y Oeste se abren numerosas aspilleras y algunos contrafuertes que aseguran la precariedad de sus muros. A pesar de todas las reformas y las graves transformaciones llevadas a cabo por sus propietarios, milagrosamente se ha conservado en su interior el zaguán, la escalera, caballerizas por las que se accede a través de un arco decorado y la bodega, con arcos de ladrillo y el trujal. Bajo sus cimientos se abren numerosas cuevas. Las que dan a la fachada principal se han recuperado recientemente para el Centro de Interpretación del Fuego y de la Fiesta.
Otra base ataludada en la esquina Noroeste.
Fachada Oeste, con numerosas aspilleras.
Fachada meridional, semioculta por unos cobertizos
Puerta principal, en la fachada oriental.
Las primeras noticias que tenemos de su existencia, al igual que en la vecina Gargallo, datan del 15 de marzo de 1209, cuando Pedro II de Aragón donó Estercuel y su castillo a Miguel Sancho y a sus descendientes. En 1320 pasó a Martín Gil de Atrosillo, y finalmente en 1465 está en manos del señor de la Baronía de Estercuel, Berenguer de Bardají. Este palacio fue sede de la baronía. Hay que señalar que los últimos señores de Estercuel, fueron los marqueses de Lazán, los Palafox, de la familia del general defensor de Zaragoza, durante los Sitios de 1808 y 1809. La Villa se vió muy afectada tanto por la Desamortización de Mendizabal, como por la Guerra Civil.
Esquina Suroeste, donde se encuentra el patio, rodeado por una tapia.