Castillo del Poyo

Espectacular cerro del castillo, dominando visualmente gran parte de la Serranía y sectores de las provincias de Cuenca y Teruel. Arriba visto desde el Sur, y al lado, desde el Oeste.

Sobre un elevado cerro de forma cónica y 1.475 m. de altura, a unos 10 km. al Norte de Alpuente y dominando la aldea de El Collado, por cuyo nombre también se le conoce. Dicho cerro está rematado por un peñasco de 10 m. de altura, tajado en todo su perímetro. El acceso se realiza en vehículo, casi hasta la cima, por un camino señalizado que asciende por la ladera Oeste. El resto hay que hacerlo a pie.

Muy mal estado. Su interior es una colmatación total de escombros, siendo observables tan solo, parte de sus muros perimetrales, con algunos de sus cubos, y los cimientos de un gran edificio de planta cuadrada.

 

 

 

Extremo Sureste del castillo.

Los romanos ya construyeron algún tipo de fortificación en él, pues existen restos de esa época. Pero la gran mayoría de los muros actuales pertenece al siglo XIX, en el periodo comprendido entre las Guerras Carlistas, especialmente la tercera. Fue centro de operaciones del ejército carlista en una amplia zona. Incluso contó en sus instalaciones con la academia de artillería carlista. Fue destruído durante el ataque liberal del coronel Portillo realizado en 1875.

 

 

 

Tres aspectos del extremo Noroeste del castillo, con una gran torre de planta rectangular.

 

 

Una de las torres del frente Suroeste.

 

 

 

 

 

Aspecto del lienzo Suroeste, con la única torre circular conservada y parte de la barrera.

TOMA DEL CASTILLO POR LOS LIBERALES: Este castillo fue el último baluarte carlista en la tercera guerra. Su caída supuso la desaparición de los carlistas en la zona centro y el fin de la guerra para Alpuente. Comenzó el asedio el 15 de junio de 1875 dirigiendo las tropas el general Salamanca. Los carlistas contaban con 300 defensores. Los liberales partieron de Valencia con dos baterías de artillería, cada una con cuatro cañones Krupp y dos cañones largos de 8 cm. 22 carros, 99 acémilas y toda la tropa, llegando esa misma noche a Chelva, donde pernoctaron. Cuatro compañías y 80 caballos, junto con las guerrillas de Alpuente y Utiel, partieron al mando del coronel Portillo, para caer sobre El Collado al amanecer del día 16 y bloquear el castillo del Poyo. Hacia el mediodía partió el resto de la expedición formada por una brigada, la artillería y el convoy de avituallamiento, al mando del general Salamanca. Parte de la brigada llegó por la tarde al Hontanar, donde el general estableció su cuartel general y tomó contacto con el coronel Portillo. El resto del convoy llegó al anochecer a Corcolilla. El día 17 se situaron en el cerro de la Moratilla Grande las cuatro piezas Krupp y los dos cañones largos, transportándolos a brazo. La batería Plasencia se situó, con cuatro compañías, en la Muela del Buitre, con gran trabajo y esfuerzo para subir las piezas. Se completó la operación construyendo una batería cerrada de tierra y sacos, con barracones para una operación duradera y dos fuertes para que la artillería pudiera continuar  con seguridad el sitio, mientras las guerrillas sostenían el bloqueo y dos compañías tomaban e inutilizaban las tres fuentes situadas a unos 50 metros de los muros del castillo, al cubierto de la oscuridad, con la oposición de los carlistas que con nutrido fuego trataron de romper el bloqueo y recuperar las fuentes. Al amanecer del día 18 rompieron fuego las baterías, disparando al interior del castillo con el fin de batir al enemigo y con ello alcanzar la rendición. A las 11 de la mañana  habían hecho más de 300 disparos, pero para ahorrar munición hasta que llegasen nuevas remesas, se ordenó  que se disparase  tan sólo de 5 a 8 disparos por batería. Con ello al anochecer  se había  lanzado 365 granadas sobre  el enemigo. Con esta estrategia, las  fuerzas del Coronel Portillo pudieron llegar y   ponerse a cubierto a 30 metros del fuerte. El objetivo era situarse bajo el muro del castillo frente a la Muela del Buitre, comenzar los trabajos de barrenado en el mismo y arreglar subidas en el escarpado.  Al llevar a cabo esta operación ejecutada con la mayor rapidez, los carlistas suspendieron su nutrido fuego y  pidieron parlamentar. Atendiendo la petición, subieron al fuerte el Coronel Portillo y el señor Peris Mencheta, corresponsal de “Las Provincias” de Valencia. Después de las deliberaciones necesarias y no teniendo otra salida que la rendición, el Gobernador del castillo extendió un oficio en el que manifestaba su rendición sin condiciones, solicitando que se permitiese a la tropa herida o enferma, aunque prisionera, marchar montados sobre acémilas hasta su punto de destino. Al amanecer del siguiente día 19 de junio de 1875, el General Salamanca tomó posesión del fuerte  y dispuso la marcha de los prisioneros. Inventariaron todos los efectos de guerra  y víveres que había en el fuerte y entre ellos se apoderaron de dos cañones de bronce de 8 mm  y 300 disparos, así como granadas de mano  y  gran cantidad de cartuchos. Se capturaron 74 jefes y oficiales y 253 soldados. De los prisioneros hechos, algunos de ellos pertenecían a la compañía fija que había en El Collado, como el capitán Valero, nacido en Castielfabib o el alférez Mariano Martínez Pérez, nacido en Alpuente. Después de la caída del fuerte de El Collado, las fuerzas carlistas habían quedado reducidas a partidas pequeñas y sin poder operativo en esta zona centro, aunque la guerra se prolongó por Cataluña y la región vasco-navarra, hasta que definitivamente  el 28 de febrero de 1876, don Carlos pasó la frontera y terminó la guerra carlista.

“La toma del fuerte de El Collado” por José Cusach (1900)
R
epresenta la subida al Cerro de la Moratilla de cuatro piezas de artillería,
desmontadas, hecho ocurrido el 19 de agosto de 1875.
El autor pertenecía al Regimiento que realizó el transporte de las piezas, a brazo.
Se aprecia a los artilleros en el momento de la operación, mientras el Capitán
dirige montado a caballo.

Pertenece al Museo de Capitanía General de Valencia.

Arco gótico y conjunto de muros que defendían la entrada.

Base de una de las torres del flanco Noreste, el más escarpado.

 

 

Extremo Sureste. Aquí se encuentra este portillo al que se accede por una escalera tallada en la roca y que comunica con el interior de la fortaleza.