La peña de Ves vista desde el Noreste. El santuario del Cristo de la Vida se alza en el interior de la antigua puebla.
La posición de este castillo es sumamente espectacular, sobre una peña o muela con paredes verticales en todo su perímetro, en la margen izquierda del río Júcar, que discurre unos cientos de metros por debajo, formando un llamativo cañón fluvial impresionante. A sus pies se encontraba el único vado en muchos kilómetros, ahora inundado por la construcción del embalse del Molinar en 1951. Su acceso no es demasiado problemático al existir un camino que lleva al santuario, pero sí peligroso, pues los desprendimientos de rocas son muy frecuentes y el camino discurre por debajo del voladizo que forman las rocas.
Muy mal estado. Los restos son muy escasos, aunque no debieron ser de consideración al confiar la defensa a la orografía. Ha sido utilizado como cementerio hasta hace algunos años arrasando su interior, del que nada queda. En todos los puntos de la peña apreciamos grandes y peligrosas grietas, y en varios puntos había desprendimientos recientes, incluso de grandes rocas, lo que hace su visita un tanto arriesgada. No obstante, su deterioro seguirá, puesto que no existe ningún plan de recuperación.
La peña de Ves vista desde el Este, desde la presa del Molinar.
Diversas imágenes del frente Sur. Este es el único lugar accesible, donde estaba la puerta y se concentraban las mayores defensas. En la actualidad, es un batiburrillo de muros de variada fábrica y de diferente época, en bastante mal estado.
Castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio disponible en la roca, con un solo recinto y una sola puerta. Ocupa una superficie aproximada de 8.500 m2. Las mejores defensas con que contaba este castillo eran los muros que cortaban la estrecha entrada, de Este a Oeste, único punto accesible. Este lienzo que cierra el acceso tiene fábrica de tapial, con añadidos de mampostería y sillarejo. Al exterior tiene una torre de mampostería de planta circular, y en el interior un aljibe en buen estado cubierto con bóveda de cañón.
Durante las guerras carlistas las laderas del cerro de San Cristóbal, más elevadas que el castillo, se convirtieron en un estupendo padrastro desde donde disparar, tanto con fusiles como con cañones, al interior del castillo, cosa que no debió ocurrir en la época medieval ante el menor alcance de sus armas. Por ello se habilitaron en la meseta superior algunos muros con aspilleras para fusiles, en los bordes rocosos. Sobre todo aparecen en su flanco Norte, como defensa ante el fuego que pudiera proceder de la ladera próxima. Quedan los restos de una estancia y los de una garita circular. También se adaptaron muros medievales en la zona de la entrada, recreciéndolos y abriéndoles diversas aspilleras.
Aljibe.
Muro Norte.
Muro Este.
Ves es nombrado por primera vez por Al-Idrisi a mediados del siglo XI. Ves adquirió gran importancia estratégica por ser el único paso practicable del río Júcar entre Alcalá y Cofrentes. En otoño de 1211, en las vísperas de la gran batalla de las Navas de Tolosa, se produjo una primera y efímera conquista de todo el altiplano de la Manchuela por parte de Alfonso VIII. El golpe de mano se completaría en menos de 15 días, tomando las plazas fuertes de Garadén, Alcalá del Júcar y Jorquera, y seguramente también el castillo de Ves. Pero en 1212, los musulmanes recuperaron Alcalá, junto con el Castellar y Ves, atacando desde Requena. Y en 1213, Alfonso VIII lo volvió a recuperar. En 1217 ó 18 hubo una nueva contraofrensiva musulmana en que pudo caer Jorquera aunque poco después volvería el dominio cristiano, pues en 1224 Fernando III donó toda la ribera del Júcar a la orden de Silva Mayor, donación que pronto sería revocada por su incapacidad para repoblar y defender la zona. Con la consolidación del dominio cristiano, en 1243, el infante Alfonso otorgó a Lope López de Haro, el castillo y la villa de Ves. Alfonso X el Sabio transformó Ves en Villa de realengo. Y por primera vez tuvo éxito la repoblación de estas tierras. No obstante, parece que fue conquistado por tropas aragonesas de Jaime I durante las revueltas mudéjares de 1262. En 1272 se le concedió el Privilegio de Villazgo, separándola definitivamente de Jorquera. Se incorporó al señorío de Villena en 1282, debido a la guerra civil provocada por el infante don Sancho contra su padre Alfonso X.
Muro con aspilleras del extremo septentrional.
Muro con aspilleras situado en las cercanías de la entrada.
Tras la Guerra del Marquesado y las capitulaciones de 1480, el Rincón de Ves quedó bajo la jurisdicción de la corona, separado del Estado de Jorquera. En las intrincadas guerras civiles que sacudieron a la Península en el siglo XV, la Villa de Ves se posicionó por dos veces con el bando realista, frente al bando nobiliario. En 1440 se alzó a favor de Juan II y en contra del rey de Navarra, quien ejercía de marqués de Villena en nombre del Príncipe de Asturias, don Enrique IV. Pasó brevemente al señorío de don Alonso Pérez de Vivero, cayendo finalmente en 1449-51, y por concesión de Juan II, en manos de don Juan Pacheco, flamante nuevo marqués de Villena, rompiendo la tradición por la cual el Marquesado se entregaba a un infante de la Corona, y granjeándose el descontento popular por quebrar los viejos privilegios de las villas. En 1475 Ves se alzó de nuevo, esta vez por los Reyes Católicos y contra Diego López Pacheco, en el contexto de la Guerra del Marquesado. Este alzamiento le valió para recuperar su condición de realengo, confirmada en las capitulaciones de 1480, mientras que las villas de Jorquera y Alcalá del Júcar permanecieron en manos de los Pacheco y la casa de Villena hasta mediados del siglo XIX. En 1745 el ayuntamiento fue trasladado a Casas de Ves, lugar mejor comunicado y con mejores aptitudes para la agricultura. Durante la Guerra de Sucesión, la Villa de Ves se mostró partidaria de Felipe V, por lo que recibió el título de Fidelísima. Perdió gran importancia al desaparecer las fronteras con el Reino de Valencia. Se sabe que fue ocupado por una partida carlista durante la Segunda Guerra, aunque no se vió involucrada en ninguna acción de armas. Ante la división de España en provincias y municipios, las tierras de Ves, se dividieron en tres municipios diferentes: Balsa de Ves, Casas de Ves y Villa de Ves.