Castillo de Trevejo

Se encuentra situado sobre un cerro rocoso de 745 m de altura, al Suroeste de la pequeña población de su nombre. Su elevada posición, similar a un nido de águilas, lo hace visible a muchos kilómetros de distancia. Su acceso no reviste dificultad alguna desde las casas del pueblo.

Lamentablemente, su ruina es completa. Causa verdadera desazón y tristeza ver como un castillo como este continúa deteriorándose sin que autoridad alguna intervenga. El elevado número de visitantes no es consciente del peligro que representa su visita e invaden todos sus rincones, incluso los desplomes recientes o a punto de caer.

Fue volado por los franceses en su retirada. Después, a lo largo de los años, sus materiales fueron utilizados para construir las casas del pueblo. Actualmente (septiembre 2024) hay peligro de caída de sillares y ciertas partes de la estructura están en grave riesgo de desplome. Hay posibilidad cierta de caer a las profundas salas inferiores por los agujeros en el suelo sin señalización. Se accede a la torre del Homenaje por una puerta elevada a la que se llega poniendo sillares o maderas amontonados con grave riesgo para los visitantes. Hace algunos años fue apuntalado pero, en el momento de nuestra visita, solo quedaba un puntal en pie.

Frente Norte.

Puerta actual, situada al Sur. conserva una interesante inscripción en su dintel.

Castillo roquero de planta irregular, con una enorme torre del Homenaje y dos recintos actuales, aunque por planos antiguos se aprecia que la explanada que se extiende delante del castillo estuvo murada (posible albácar). Parte de este recinto es utilizado como cementerio municipal. Todos los muros están hechos con una sorprendente sillería bien escuadrada. Ocupa una superficie aproximada de 1.400 m2.  Los dos recintos del castillo no conservan ningún elemento de interés en su interior. Tan solo grandes sillares amontonados y desperdigados por todo el lugar.

El recinto más grande se sitúa al Sur. A él da la puerta principal del castillo y conserva algunos lienzos entre las rocas. Se dice que existe un aljibe cegado, pero nosotros no tuvimos la suerte de descubrirlo. Albergaba las caballerizas y las dependencias de trabajadores y habitantes del castillo, pero nada queda. El otro recinto tan solo destaca porque se comunicaba con la torre del Homenaje por medio de un puente levadizo.

 

 

 

Extremo Suroeste del recinto pequeño.

Dos interesantísimos sillares con inscripciones tirados en el suelo en completo olvido.

 

 

 

Poterna que comunica los dos recintos.

 

 

 

Muro del recinto pequeño en el que se abre una ventana con festejadores.

 

La torre del homenaje es de planta pentagonal irregular, con 20 m de largo y 15 de ancho, y el vértice del pentágono orientado al Sur. Ha perdido todo su flanco oriental, quedando todos los materiales desperdigados a los pies del castillo. El resto de la torre se encuentra en muy mal estado, con muchos sillares en peligroso equilibrio. Contaba con tres pisos y una terraza coronada por almenas. Se conservan varias dependencias, entre ellas una curiosa letrina y una chimenea. Existen un par de agujeros en el suelo que dan luz a salas subterráneas. A la puerta, situada en altura, se llegaba a través de un puente levadizo. Ahora, los visitantes trepan amontonando piedras, maderas y cualquier cosa, jugándose el tipo. Se dice que contaba con un pasadizo secreto, peo esto es muy habitual en todos los castillos

Flanco occidental, con la puerta de la torre.

Flanco Suroeste. En él aparece un impresionante relieve.

 

 

 

Flanco oriental. Derrumbado.

Imágenes del interior de la torre.

Materiales del castillo desperdigados por toda la explanada.

Fue un antiguo castillo musulmán del que apenas queda nada. Lo que nos ha llegado del castillo corresponde al siglo XV, momento en que se realizó una profunda reforma sobre cimientos y estructuras anteriores. Pasó intermitentemente de los musulmanes a los cristianos a mediados del siglo XII, hasta que quedó definida la frontera en el río Tajo. La fortaleza original fue conquistada por Alfonso VII de León quién lo cedió a la Orden del Temple. En 1184 fue donado por Fernando II de León, a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, a quién pertenecerá hasta el siglo XVIII, convirtiéndose en cabeza de Encomienda. Durante la segunda mitad del siglo XV estuvo implicado en los conflictos entre el Maestre y Clavero de la Orden de Alcántara. Durante la Guerra de la Independencia fue volado por los franceses.

El castillo de Trevejo tuvo importante protagonismo durante la guerra con Portugal en el siglo XVII, a pesar de que se consideraba que estaba mal situado. En el siglo XV ya se le añadieron elementos abaluartados de refuerzo para adaptarlo a la guerra moderna que, junto a su elevada posición, lo hicieron sumamente útil para el conflicto. El marqués de Caracena lo mencionó en su informe de 1665 como un puesto fortificado fundamental para la defensa de la sierra, lo que explica que la compañía acantonada en él en 1654 fuera de 7 oficiales y 77 soldados, muchos más que otros castillos cercanos.  Todavía en el siglo XVIII se elaboraron diversos proyectos para construir baluartes artilleros, que finalmente, no se llevaron a cabo.

Plano del castillo de Trevejo conservado en la colección Gaignières, de la Biblioteca Nacional de Francia.

Si alguien está interesado en profundizar en el tema de la Guerra de restauración contra Portugal, puede consultar el estupendo trabajo: “Fortalezas de la raya cacereña en el siglo XVII”

fortalezasdelaraya.blogspot.com

 

 

 

Camino medieval de Hoyos, con el castillo al fondo.

 

 

 

Escudo situado en el interior de la torre del Homenaje.

El castillo visto desde la población de Villamiel.