El castillo visto desde el Sur. Se aprecia una cañonera de las que se abrieron durante las guerras carlistas.
En un pequeño cerro que domina la población, casi rodeado por la antigua carretera de Teruel N-234. Su acceso es sencillo desde las casas del pueblo.
Mal estado. Quedan grandes construcciones todavía, como la torre del Homenaje, pero el abandono es total y la caída de cascotes constante.
Cubo Este. También con una aspillera carlista.
Castillo montano de planta poligonal irregular dispersa y fábrica de mampostería, con varios recintos concéntricos escalonados. En algunos puntos aparece sillarejo. Sus medidas exteriores son de 56 x 53 m. cubriendo una superficie de unos 1.920 m2. En el recinto exterior quedan cuatro cubos en diverso estado de degradación, los mismos que cuentan las crónicas antiguas, por lo que no debieron de haber más. Cuenta este recinto con 194 m. de perímetro. Además, se pueden reconocer in situ hasta tres líneas de murallas. En el centro se sitúa la gran torre del Homenaje, de planta cuadrada y aparejo similar al resto de la obra, con tres plantas y numerosas ventanas. Ha perdido sus almenas. Cuenta todo el recinto con troneras y aspilleras de diversas formas y tamaños abiertas en el siglo XIX durante las guerras carlistas.
El castillo visto desde el Noroeste.
Torre Sur desde dos ángulos diferentes. Por detrás asoma la torre del Homenaje.
Torre Noroeste, la más arruinada.
Interior de la torre del Homenaje.
Puerta de entrada a la torre.
Fue conquistado por Jaime I antes de 1238, donándolo en primera instancia a Gautier Romá, aunque posteriormente, en 1271, donó a perpetuidad la baronía de Torres-Torres al caballero Beltrán de Bellpuig, cuya familia lo poseyó hasta 1445. Estuvo en poder de Al-Azraq. En 1445 fue vendido a Joan de Vallterra. En el siglo XVIII fue propiedad de los Castellví. Durante las guerras carlistas fue reformado para su utilización artillera. El ayuntamiento compró en 2006 al Estado (Ministerio de Economía y Hacienda) este castillo por el precio simbólico de 7.000 euros con el objeto de restaurarlo.
En nuestra última visita en el año 2010, el ayuntamiento había prohibido el acceso al castillo, debido a los constantes desprendimientos que ponen en peligro la integridad de los visitantes.