Cercano a la pedanía de Pedro Andrés, a unos ocho kilómetros al Oeste de Nerpio. Se emplaza sobre un espolón rocoso que recibe el nombre de Taibona o Taibilla, por emplazarse en la margen izquierda del citado río. Situación desde la que domina una pequeña vega, cuya explotación agrícola permitió el establecimiento del poblado y una vía de comunicación natural entre Murcia y la Alta Andalucía, a través del desfiladero que forma el río. Este lugar fue un centro de percepción de impuestos puesto que todavía subsiste a sus pies y junto a la carretera la Casa de la Tercia, donde se pagaba un impuesto equivalente a la tercera parte de los productos transportados. Su acceso es sencillo desde el pequeño aparcamiento situado al Noroeste, por medio de un suave camino medieval.
Mal estado. A pesar de haber sido restaurado en algunas partes, especialmente la torre del Homenaje, no es más que una pura ruina. No obstante, es muy de agradecer que se hayan efectuado reparaciones que eviten su progresivo deterioro.
Muro meridional del primer recinto. Este sector ha quedado un tanto apartado del resto. Conserva un pequeño cubo. Las imágenes están tomadas tanto del exterior como del interior.
Castillo roquero de planta irregular alargada y orientada al Noreste-Suroeste acoplada al espacio disponible en lo alto de la cresta rocosa donde se ubica. Se pueden apreciar tres recintos en diferente estado de conservación. La longitud total aproximada es de 240 m y su anchura máxima ronda los 45, cubriendo una superficie en torno a los 8.500 m2. En la ladera Noroeste se situó la puebla, la cual fue abandonada con el paso del tiempo y reemplazada por el actual caserío de Pedro Andrés, situado a escasos 600 metros. La muralla exterior se conserva en casi todo el flanco Noroeste y está realizada con un zócalo de mampostería por hiladas sobre el que se alza el tapial. Se remata por un parapeto en el que se abren saeteras rectangulares con un abocinamiento desde el interior, y, sobre él, la hilada de almenas prismáticas. Este tramo cuenta con tres torres cuadrangulares, una de ellas, la del medio, posible torre-puerta. Por los restos conservados parece tener tan solo una puerta, una curiosa torre-puerta. El actual edificio fortificado es el resultado de diferentes etapas constructivas, que a su vez han modificado y alterado las anteriores, siendo readaptado a diferentes funciones, fortaleza, residencia, corral, cantera de materiales constructivos, etc, llegando hasta nosotros un edificio heterogéneo que en los últimos años ha sido restaurado y consolidado en algunos de sus elementos. También conserva el camino medieval que asciende hasta la fortaleza. Consta de un gran albácar, situado al Norte, sin restos, convertido en una gran explanada; el recinto principal o alcázar en el centro, con grandes lienzos y una espectacular torre del Homenaje. Y un pequeño recinto triangular al Sur.
Torre-puerta: se trata de una construcción de planta rectangular, realizada en tapial, en la cual se abría una doble puerta recta. Al parecer, estaba tan degradada que los dos huecos estaban completamente desfigurados. Durante la última restauración se han reconstruído pero colocando en sus dinteles un zuncho de hormigón. Solo se conserva una planta, cerrada por una bóveda de cañón fabricada con mampostería trabada con cal, que reposa sobre los muros de tapial, que también ha sido reforzada con tramos de hormigón. Al exterior, la puerta se abre sobre unas rocas de difícil acceso, por lo que debió contar con algún tipo de escalera, actualmente desaparecida. Dicha torre mide 8’50 x 5’50 m de lado, con unos muros de 1’50 m de espesor.
Lienzo exterior con respecto al recinto principal, entre los que queda una amplia liza. Sobre base de mampostería se dispone el tapial, rematado por almenas.
Torre Norte de la muralla exterior: Construcción de planta rectangular en la cual se abre en su interior dos estancias abovedadas que parece tratarse de sendos aljibes, los cuales después de estar completamente aterrados, se han vaciado durante la última reparación. La construcción en su exterior como en su interior está realizada con tapial de mampostería cubierto por bóvedas de cañón de mampostería trabada con cal, que reposa sobre los muros de tapial.
El castillo a contraluz, desde el Este.
El recinto superior (alcazarejo o celoquia), es de planta ligeramente trapezoidal, con la torre del Homenaje en su esquina oriental. Ocupa una superficie de 750 m2 aproximadamente. Adosada a la torre, en el lienzo Noreste se abre la puerta, construida a base de bien trabajados sillares de caliza, trabados con cal. La forma y tamaño de los sillares es diversa, destacando las piezas que forman parte de las jambas, conteniendo una de ellas una quicialera tallada en el mismo bloque, donde además se conservan restos del extremo del gorrón de la puerta, realizado con hierro. Gracias a ello sabemos que contaba con una puerta de doble hoja que se abría hacia dentro. Junto a esta puerta se conservan los restos de un torreón muy deteriorado, que está construido asimismo con mampostería y mortero de cal y es macizo. Cumple la doble función de proteger la puerta y reforzar el cambio de orientación de los lienzos que tiene a ambos lados. Adosada a él y en la parte interna se halla una escalera de piedra. En el interior del recinto aparecen diversas construcciones entre las que destaca un aljibe con doble bóveda, aunque eso sí, reconstruída con hormigón.
Puerta del recinto principal.
Esquina meridional del recinto principal.
Torreón que defiende la puerta, con la escalera que tiene adosada en su flanco interior.
Frente Norte del recinto principal. La puerta a la izquierda y la torre en el centro.
Interior del recinto. La mayor parte de los muros han sido consolidados. Destacan las bóvedas de hormigón del aljibe.
Esquina meridional. El muro del primer plano ha sido reconstruído.
La torre del Homenaje y el recinto principal vistos desde la explanada del albácar.
El castillo visto desde el Noroeste.
Prodigiosa e imponente torre del Homenaje. Milagrosamente conservada, recientemente ha sido restaurada y habilitada para su visita. Se ha cubierto el techo y añadido unos balcones a modo de antiguos matacanes. La escalera de piedra parece un añadido moderno.
Torre del Homenaje: Se trata de una construcción de planta trapezoidal, con una longitud de sus muros en torno a los 10 m. y un alzado prismático cimentada sobre la roca. Consta de 5 pisos, el inferior está ocupado por dos aljibes abovedados, el principal, por el que se accede al interior de la torre, y otros tres superpuestos. El acceso a la torre se realiza por un único vano de sillería situado en altura, al que se accede por medio de una escalera de mampostería de cronología imprecisa que fue restaurada en los años 80 del siglo XX. Presenta un arco de medio punto y se cerraba mediante una puerta de dos hojas y tranca. Vino a reemplazar a la puerta primigenia con arco de ladrillo, de la cual se conserva la vuelta interior. Toda la fábrica de la torre es de tapial de hormigón salvo la del último cuerpo, fabricado con mampostería irregular trabada con cal. Éste último piso poseía una cubierta a dos aguas y estaba circundado por un cadalso o corsera de madera del que quedaban algunas vigas. Se trata de un añadido a la obra original.
La torre antes de su restauración.
La torre vista desde el exterior del recinto
Tras haber desaparecido tanto la cubierta a dos aguas, como los forjados, escaleras, arcos y tabiquería interior, ha sido restaurada hace pocos años, aunque se le han añadido unos anacrónicos balcones de acero inoxidable, tan del gusto actual.
La planta inferior, ocupada por los dos aljibes, se cubre con bóvedas de cañón.
En la primera planta se emplazaba el calabozo o mazmorra y se aprecian en los muros interiores los huecos de la escalera y el forjado.
En la planta segunda aparecen cuatro saeteras abocinadas y una salida que podría ser una letrina.
En la planta tercera aparece una saetera en la cara Sur y otra en la cara Norte, similar a las del piso inferior.
En la planta cuarta se genera una garita, mientras que la salida al cadalso se efectúa por un vano en la cara Oeste. En la cara Sur presenta una ventana que recae sobre la puerta de la torre, lo cual le permite actuar como matacán.
Esquina Norte.
Esquina oriental.
Núcleo de población (Taybaliyya) ya citado en el siglo XI por el geógrado Al-Udri como uno de los diecisiete iqlm o distritos rurales en los que se dividía la cora de Tudmir. Fue cabeza de un distrito rural integrado, en ocasiones, en el de Baza y, otras veces, en el de Segura de la Sierra. El geógrafo Al-Udri lo presenta como un importante núcleo de población a fines de siglo XI. Su posición geográfica en el extremo occidental del antiguo reino musulmán de Murcia le confirió, desde su conquista en 1242 hasta la conquista castellana de Huéscar (1488) y Baza (1489), el carácter de frontera entre Castilla y el reino nazarí de Granada. Por este motivo y para asegurar su defensa ante el peligro granadino, el señorío de Segura y su amplio territorio (villas de Moratalla, Huéscar, Socovos, Yeste, Nerpio, Taibilla y otras muchas aldeas y núcleos menores) fue donado en 1243 por el rey Fernando III de Castilla a la Orden de Santiago; constituyéndose en 1245 la Encomienda Mayor de Segura, al tiempo que ésta fue dividida en las encomiendas de Moratalla, Yeste, Taibilla, etcétera, como unidades de administración política, social y económica. Por todo ello desarrolló a sus pies el edificio de la Tercia de la Orden, con el objeto de recaudar impuestos para una población diseminada por la extensa comarca montañosa. Aquí se recaudaba el peaje que había que pagar por utilizar el paso del valle recibiendo ese nombre porque había que pagar un tercio de la cosecha.
La necesidad de un amplio recinto superior o albácar, podría explicarse por la llegada, a fines del siglo XIII, de un número indeterminado de pobladores cristianos, que fue suficiente para impedir que la encomienda cayera en mano de los mudéjares sublevados en 1264. Con posterioridad se efectuaron obras puntuales de carácter militar o funcional que podemos atribuir a comendador de Yeste don Rodrigo Manrique, y que en parte quedan reflejadas en las visitaciones. Tras la supresión de la encomienda, el lugar quedaría abandonado a favor de la repoblación de Nerpio, la cual es impulsada desde Yeste con el fin de evitar que la reocupación de Taibilla terminase en una nueva segregación territorial. Este recinto estaba semi-abandonado ya durante la segunda mitad del siglo XV, por lo que se cree se debe al proceso de despoblación que sufrió Taibilla durante el siglo XIV, tan agudo que hizo que la encomienda desapareciera, siendo absorbido por la de Yeste.