Castillo de San Juan de las Águilas

Imagen oriental.  Se observan diversos elementos del castillo como el fuerte y las baterías. A la izquierda han quedado algunos muros con un vano de la obra antigua. A la derecha, el soporte metálico del ascensor.

Se encuentra sobre un monte de 81 m de altura al Sur del casco urbano, formando una península en el mar. Sus vistas son impresionantes, tanto de la ciudad como del mar. Su acceso no reviste dificultad, a excepción de la acusada pendiente, incluso para vehículos. Además, el último tramo se puede realizar en ascensor. Su visita está regulada.

Después de estar en la más completa ruina y con canteras a sus pies que hacían peligrar su existencia, fue restaurado con acierto en el año 2007 y abierto al público en 2009.

La planta del fuerte o castillo propiamente dicho es de las llamadas de “pezuña de buey”. Es decir, una batería semicircular en un lado con dos semibaluartes en el lado contrario que protegen el acceso.

Castillo abaluartado formado por dos elementos bien diferenciados unidos por un largo camino cubierto de unos 80 m de longitud. El Fuerte de San Juan al Suroeste y la batería de San Pedro en el lado contrario.

El fuerte de San Juan tiene una curiosa planta, comúnmente llamada de “pezuña de buey”, con una batería semicircular encarada al Suroeste unida a dos semibaluartes al lado contrario. Su eje Norte-Sur mide unos 17 m. Sus muros se asientan directamente sobre la roca viva, adaptándose a sus irregularidades mediante zarpas. Está construido con mampostería trabada con mortero de cal, cuya fabricación se realizaba en la misma ladera del monte. En las esquinas se utilizan sillares de arenisca cuya cantera también estaba al pie del monte, al Noroeste. Se han encontrado restos de dos caleras construídas con ladrillos. Sus muros están ataludados, como es perceptible en este tipo de fortificaciones. Todo el perímetro exterior está rodeado por una imposta de sillería, que señala el nivel de la terraza. Cuenta con tres alturas, los sótanos, las dependencias en torno al patio y la terraza artillada.

 

 

Estado en que se encontraba el fuerte antes de su restauración. Imagen extraída de la web: “amigosdelmuseoarqueologicodelorca.com”.

 

 

 

Flanco Norte.

 

 

Patio interior. En él se abren todas las dependencias del fuerte. En el centro se abre el brocal del aljibe.

 

 

 

Interior de la entrada al fuerte. Se ha construído una escalera metálica en el lugar en que estuvo la original y se han colocado pasarelas acristaladas.

El acceso se produce por una puerta situada en el frente Este, a 2 m de altura con respecto al pavimento exterior, defendida por los dos semibaluartes en los que se abren diez aspilleras. En origen contó con puente levadizo pero ahora existe una escalera de piedra. La puerta se cubre con arco escarzano. Presenta un patio interior, de planta ultrasemicircular, pavimentado con losas de arenisca gris. A su alrededor se abren ocho dependencias que presentan plantas diferentes y, por tanto, bóvedas diferentes. Existe una buena muestra de ellas, como bóvedas de arista, de cañón y de tronco de cono.

 

 

 

Brocal del aljibe.

Bóvedas del sótano.

 

 

 

En su terraza todavía se conservan dos cañones.

En el centro del patio de abre un gran aljibe excavado en la roca. El revestimiento interior presenta un potente mortero hidráulico al que se superpone una capa de argamasa de cal, arena y almagre, que le confiere una tonalidad rojiza. Desde la terraza, mediante diversos canales se conducía el agua de lluvia hasta unas gárgolas que la vertían al aljibe. Una vez lleno, un rebosadero dirigía el agua hacia el exterior. En la terraza se situaba la batería a barbeta, cuyas piezas o cañones estaban sustentados por cureñas. Sobre la puerta se construyó un matacán y al Oeste una garita, actualmente reconstruída en metal. La comunicación entre las tres alturas se realizaba por una escalera de caracol con peldaños de arenisca empotrados en la propia obra.

El fuerte y la batería quedaron unidos por un camino cubierto construído entre dos muros paralelos rectos que discurren por la cresta rocosa.

 

 

 

Restos de edificaciones exteriores situados al Sur del fuerte.

La batería de San Pedro se encuentra al Noreste. Es de planta semicircular con el frente Norte recto, al que se adosan una serie de construcciones, entre ellas la residencia del gobernador de la plaza, al polvorín y el almacén de artillería. En el resto de la explanada se colocaba la batería a barbeta que defendía el acceso al puerto. También se construyeron dos fortines (San José y San Felipe), con dos cañoneras cada uno, enfilando hacia el Norte.

 

 

Al final del camino cubierto aparece la batería de San Pedro.

 

 

 

El fuerte visto desde la batería.

 

 

Batería de San Pedro, con la Casa del Gobernador.

 

 

 

Fortín de San José.

 

 

 

Fortín de San Felipe.

Este cerro ya fue ocupado en el Paleolítico Superior, en torno al tercer milenio antes de Cristo. También se han encontrado en él restos romanos. Al-Bakri, en el siglo XI, nombra Akila como el puerto de Lorca. Al siglo siguiente al-Idrisi nombra por primera vez la existencia de una fortaleza en este lugar, que protegía al entonces puerto de Lorca. Entre 1252 y 1284 Alfonso X puso en este lugar una guarnición al mando de don Fernández Pérez de Piña, para establecer una cabeza de puente y avisar de incursiones a la nutrida tropa de la ciudad de Lorca.

En 1579 se construyó en la cima del cerro una torre-fortaleza, construida siguiendo las trazas arquitectónicas del momento, quedando su protección encomendada a San Juan Bautista, y de la que no se ha conservado resto alguno al instalarse el castillo actual sobre los restos de la misma. Fue levantada según planos de Juan Bautista Antonelli dentro del proyecto encomendado a Vespasiano Gonzaga. Lo que conocemos de la misma es por los planos de su proyecto. La torre era de planta hexagonal, tanto en el interior como en el exterior, con la base en talud de 15 pies a cuya altura se abría la puerta por la que se penetraba por medio de una escala retirable.  El interior quedaba dividido en dos plantas cubiertas por bóvedas y con un aljibe. En el grueso del muro había una escalera de caracol por la que se ascendía hasta la plataforma superior o terraza. La obra debió realizarse en tapial de hormigón o mampostería, con las puertas y matacanes de sillería y bóvedas de ladrillo. Su guarnición estaba compuesta por un cabo y tres soldados.

Esta torre tuvo una suerte un tanto aciaga. En 1582 fue asaltada, junto con la de Cope, por cinco bajeles de moros. Luego se vio afectada por un terremoto en 1596 y finalmente fue destruida por los ataques berberiscos en el año 1643. En ese mismo año se le comunicó a Felipe IV que la torre había sido destruida. En el año 1652 el rey ordenó al Concejo de Lorca que la reconstruyera. En el mes de octubre de 1751 se produjo el derrumbamiento de dos de sus lienzos, incluída la artillería que había en su terraza. Ante esta situación el capitán general de Valencia y Murcia, ordenó que se redactase el proyecto de un castillo.

Fue el duque de Caylús, capitán general de Valencia y Murcia, quién ordenó la redacción del proyecto para un nuevo castillo. Este proyecto recayó en la figura del ingeniero Sebastián Feringán en 1752, quien comenzó a trabajar de inmediato. Debido a trabas administrativas, burocráticas y económicas la nueva edificación no se levantó hasta 1756, aunque luego se terminó en tan solo dos años.

En fecha incierta entre 1756 y 1761 unos barcos franceses fueron perseguidos por la flota inglesa que les tomó un navío de ochenta cañones. Los barcos franceses se refugiaron en Cartagena, pero uno de ellos, el Oriflame, separado del resto, arribó en el Puerto de Águilas seguido por los barcos ingleses, pero ante los disparos del castillo, no tuvieron más remedio que retirarse, quedando la fragata francesa a salvo. El castillo de San Juan fue un punto fuerte en la Guerra de la Independencia, fundamentalmente en 1810-1811 y en las contiendas civiles del siglo XIX. Posteriormente, en la Guerra Civil (1936-39), fue utilizado como base de vigilancia y refugio, sufriendo algunas adaptaciones para este uso.  Por último, en el año 1956, el castillo junto al cerro donde está instalado, fue cedido por la autoridad militar al pueblo de Águilas. Fue restaurado en 2007 y musealizado en 2009.