Castillo de Pedroche

Ermita de la Virgen del Castillo, y sillares de una posible torre sobre la roca adosada.

El castillo estuvo situado en lo alto de la colina donde se dispone el pueblo. En el lugar en que, actualmente, se levanta la ermita de la Virgen del Castillo, que recibe dicho nombre por eso mismo.

Desaparecido. No obstante, se pueden apreciar algunos vestigios en los alrededores de la ermita. También parece que se ha conservado un aljibe de planta circular, pero desconocemos dónde está. Además, el primer cuerpo del campanario de la iglesia se construyó con los sillares del castillo.

En la Edad Media adquirió gran importancia económica y un gran desarrollo demográfico que dio paso a un proceso de dispersión de la población para atender las labores del campo en su vastísimo término. De esta manera, Pedroche se convirtió en el germen de la aparición de un grupo de aldeas que con el tiempo dieron lugar a nuevas villas. Fueron llamadas Las Siete Villas (Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Alcaracejos y Añora). El objetivo de esta comunidad era tratar diversos asuntos comunes y el reparto de los beneficios de las dehesas comunales. Para ello se reunían el 8 de septiembre de cada año en la ermita de Piedrasantas, hasta su disolución en 1837.

 

 

Hay autores que comentan que la torre campanario se levantó con sillares del castillo. Otros dicen que fue tan solo el primer cuerpo.

El castillo de Pedroche (Bitraws) ya es citado por al-Idrisi en el siglo XII, quién comentó que era un castillo (hisn) bien construído, bien poblado y con altas fortificaciones. Fue la capital y ciudad más importante de la cora de Fash al Ballut o Valle de las Bellotas. En 1155 Alfonso VII reconquistó Pedroche, pero ese mismo año fue recuperado para los almohades por las tropas del gobernador de Córdoba, Abu Zayd. No pasó a poder definitivo de los cristianos hasta fechas cercanas a la conquista de Córdoba en 1236, por Fernando III. También en este momento es lugar de gran relevancia pues desde 1265 acogió la sede de uno de los tres arcedianos en que se dividía la diócesis de Córdoba. Con posterioridad fue reconquistado por la Orden de Calatrava, aunque debió permanecer desierto durante algunos años, pues Ibn Sahib al Sahla, al narrar la expedición que envió el califa almohade Abu Yaqub Yusuf contra las milicias concejiles de Ávila en 1175, dice que al pasar por Pedroche encontraron su castillo desierto y sin un alma.

En 1472 el revoltoso señor de Santa Eufemia, Gonzalo Mejía, en una de sus correrías por tierras vecinas, consiguió apoderarse de Pedroche. Alfonso de Aguilar, en nombre del concejo de Córdoba, recuperó la villa por las armas mediante una expedición enviada al efecto. Pero el astuto y ambicioso señor de Santa Eufemia se declaró partidario de la reina Isabel, acusando a sus opositores de partidarios de la Beltraneja. Y ante el peligro de que no aminorase sus deseos de hacerse con la villa de Pedroche, los propios vecinos, junto con los habitantes del resto de villas, en 1478, demolieron la fortaleza, pues si caía Pedroche, caían las demás villas. Es decir, por voluntad popular, los vecinos destruyendo su propio castillo para escapar de la tiranía del noble y continuar siendo libres. No obstante, ante el enfado de los reyes, que no podían tolerar este tipo de iniciativas, se sometió a los vecinos aun duro pleito por el que fueron acusados de ser partidarios de la Beltraneja y condenados a reedificar el castillo y pagar una fuerte multa (450.000 maravedíes) aunque, según parece, no hicieron ni lo uno ni lo otro.

En el siglo XVI, el alarife Hernán Ruiz de Córdoba, con materiales del castillo levantó la espectacular torre campanario de la iglesia. Y en su solar, la ermita de la Virgen del Castillo.

Muro situado a espaldas de la ermita.