El castillo se encuentra sobre el cerro que domina al pueblo desde el Oeste, de 1.068 m de altura. Existe un buen sendero desde el pueblo y un caminillo para vehículos desde la ladera opuesta. También es conocido por su nombre antiguo, Castillo de Montefuerte.
Prácticamente desaparecido. Lamentablemente, solo quedan dos cubos muy arruinados y diversos vestigios de muros.
Diversas imágenes de la torre Oeste.
Castillo roquero de planta irregular y, a pesar de los escasos restos, podemos distinguir dos recintos. Uno, superior, al Norte, a modo de celoquia o alcazarejo; y otro mucho más grande, al Sur, que debió ser al albácar. Está apoyado en los escarpes verticales del Norte y Oeste del cerro, siendo la defensas en estos flancos inexistentes o débiles. En cambio, se reforzó sobremanera el resto de flancos por encontrarse en una ladera mucho más asequible al ataque. Es de considerable tamaño, con una longitud aproximada de 200 m y una anchura máxima de 120, encerrando una superficie de 1’8 Ha.
El alcazarejo, de planta irregular, tiene una longitud Este-Oeste de 80 m. y Norte-Sur, de 40, encerrando una superficie de 3.500 m2, aproximadamente. En él quedan dos cubos en mal estado, algunos lienzos a nivel de cimientos y la base de una construcción rectangular (23 x 10 m) que podría ser la torre del Homenaje, en su ángulo Sureste. El torreón mejor conservado se sitúa en su extremo occidental, tiene forma semicircular y presenta fábrica de mampostería. El otro torreón, situado al Norte, está prácticamente reducido a un pequeño lado, era de menor tamaño y de aparejo más débil.
Del albácar se puede seguir casi todo su perímetro por los basamentos conservados. De su interior nada queda.
Cubo Norte.
Castillo musulmán. Cuando el Cid se instaló en Alucant (Olocau del Rey) realizó correrías por las tierras de Huesa (Ossa) y Montalbán, y se cree que tomó Huesa y Montefuerte (Monforte de Moyuela) pero no hemos encontrado ninguna referencia al respecto. El castillo fue conquistado en 1153 por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, sobrino nieto de Berenguer Ramón II, el conde de Barcelona al que el Cid derrotó en la batalla del Pinar de Tévar, el mismo que luego se casaría con María, la hija del Cid. Ramón Berenguer IV nombró tenente a Galín Sanz, señor de Belchite, en agradecimiento a la ayuda prestada por las tropas del concejo de dicho lugar. Tras su conquista tuvo una especial importancia al situarse en la primera línea defensiva. En el siglo XVII ya se señala su estado de ruina.