Castillo de Manzanera

Al Sur del casco urbano, ocupando un pequeño espolón rocoso que se eleva en la margen izquierda del río de Torrijas o Manzanera. Su acceso no reviste dificultad alguna.

Pésimo estado. Se encuentra en la más completa ruina, olvidado por todos. El castillo se ha derrumbado sobre sí mismo ocultando muros y estructuras que solo una excavación exhaustiva podrían sacar a la luz. Hay síntomas claros de desplomes recientes, desplomes que continuarán debido a las grandes grietas que lo jalonan.

El castillo en el año 2024, visto desde la otra orilla del río.

 

 

 

El castillo durante nuestra primera visita en 1998. La ausencia de vegetación es evidente. Desde entonces su  abandono y deterioro no han cesado.

 

 

 

Flanco meridional del castillo.

 

 

 

Restos del castillo sobre la peña.

Pequeño castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio disponible sobre una peña rocosa. Tiene unas medidas Este-Oeste de unos 37 m y Norte-Sur, de 30, cubriendo una superficie aproximada de 860 m2. El elemento más destacado es la torre de Homenaje, rectangular de 11 x 9 m, que debió ser notable, pero ha perdido altura y detalles artísticos. Y presenta un estado auténticamente lamentable, con varios pinos que crecen entre sus muros, destrozándolos. Se cree que el castillo estaba separado del resto de la población por un foso que hoy está acolmatado y desaparecido.  La torre cuenta con dos fábricas bien diferenciadas. La zona o cuerpo inferior está formado por un aparejo de sillarejo de piedra caliza, algunos posiblemente reaprovechados de estructuras anteriores, con sillares bien tallado en las esquinas. Y todo ello trabado con mortero de cal, si bien se observan distintos rejuntados y enlucidos. En este cuerpo se abre una pequeña ventana que fue ensanchada en un momento del pasado a costa de perder parcialmente la jamba izquierda. El cuerpo superior es ligeramente más estrecho y está realizado mediante una fábrica de buena sillería de piedra arenisca, igualmente trabada con mortero de cal. El muro se prolonga un tanto por sus lados, con menor altura y peor conservado. 

Frente de la torre del Homenaje recayente a la plaza. Se aprecian las grietas provocadas por las raíces de los árboles que crecen sobre el muro.

 

 

 

Reverso del Homenaje. Se pueden apreciar hornacinas y vanos muy maltrechos, uno con festejadores todavía.

Más imágenes de la torre del Homenaje.

 

El resto de muros del castillo son de mampostería con sillares, a veces muy desgastados, en las esquinas y contornos de vanos, en los que se entremezcla la piedra caliza y la arenisca y vestigios de distintos vanos. También se comenta que estaba unida a la iglesia por un pasadizo.

La sala principal del castillo debía tener un cierto empaque, existiendo referencias a reuniones del Concejo con el prior del Convento de San Miguel de los Reyes a la cabeza, a lo largo del siglo XVI.

Castillo de origen islámico ocupado por Pedro III en 1202, quién lo entregó a Berenguer de Entenza. Poco después los musulmanes volvieron a ocupar el lugar. En las décadas siguientes, la zona fue objetos de constantes incursiones por parte del Concejo de Teruel. Tras caer nuevamente en manos cristianas fue entregado otra vez a los Entenza, lo que motivó nuevos ataques por parte de las milicias concejiles turolenses, que reclamaban su posesión. En 1314, Teresa de Entenza se casó con el infante Alfonso (después el rey Alfonso IV) y dejó la fortaleza en herencia a su hijo (futuro Pedro IV) retornando de esta forma a la Corona. En 1390, Juan I lo donó a Pedro Ladrón de Vilanova, quedando asociado al vizcondado de Chelva. En 1479, fue ocupado efímeramente por Ximeno de Urrea, señor de Biota. Carlos V cedió Manzanera al duque de Calabria, casado con Germana de Foix, viuda de Fernando el Católico. A su muerte en 1550, lo cedieron al Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia.

La fortaleza resultó muy dañada durante las Guerras Carlistas. Puesta en defensa en 1839, fue bombardeada en diciembre de dicho año por el general Hoyos, hasta la rendición de los 45 efectivos carlistas que la defendían. La gesta mereció al vencedor el título de Conde Manzanera.

Torre Noreste, circular.

 

 

 

El castillo, desde el río, en 1998.

En el centro de la imagen, imperceptible, se encuentra el castillo, semioculto por la vegetación arbórea.