Sobre un espectacular peñón rocoso de 814 m de altura, en el paraje de su mismo nombre, lugar donde el río Abrucena se une o junta al Andarax, justo en el punto donde los puentes de la autopista y de la carretera vieja cruzan el río. Es característico este peñón por el gran letrero de color blanco pintado en su ladera con el nombre del pueblo. Se puede llegar hasta él sencillamente por la carretera que lleva hasta una cantera en sus inmediaciones.
Arruinado lienzo de bastante longitud pero muy escasa altura situado al Sureste del peñón, único resto constructivo conservado.
Castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio disponible en la cima del cerro. Apenas queda nada y es imposible deducir su planta y su estructura. Prácticamente desaparecido, apenas quedan restos. Un lienzo conservado se compone de gruesas lajas de cuarcita trabadas con mortero, desaparecido en su mayor parte debido a la erosión pluvial. Excepto la parte cercana a la cantera, todo el cerro presenta paredes verticales cortadas a pico, inexpugnables. En sus cercanías se encuentra la aldea de Las Juntas, cuyas edificaciones se levantaron aprovechando piedras de la fortaleza. Se pueden encontrar abundantes fragmentos cerámicos en superficie. Este lugar es de ocupación muy antigua, pues se han recopilado diversas monedas romanas en él.