
El castillo se emplazaba en un cerro situado en medio de los Llanos de Albacete, con una altura de 720 m. desde el cual se dominaba su entorno inmediato, desde el Valle del Río Júcar, hasta las lomas de Munera, Albacete y San Clemente. Debió ser un cerro aislado en medio de la llanura a causa de los procesos erosivos de la zona, de forma similar a los de Albacete o Almansa. En la actualidad en la cumbre del cerro se emplaza la iglesia parroquial.

Diversos restos existentes en la base de los muros de la iglesia que podrían pertenecer al castillo.


Poco se pude decir sobre esta fortaleza basándonos en los restos existentes. Tan solo algunos restos de cimentación sobre los que se sustentan los muros del templo, restos que, tradicionalmente, siempre se han asociado al castillo, pero desconocemos con qué base. Lo que sí es seguro es que el barrio alto en torno a la iglesia es llamado Los Castillicos. Y también que durante la construcción de algunas casas han sido encontrados pasadizos y salas subterráneas. Lo que también es cierto es que la construcción de la iglesia parroquial supuso la desaparición de la mayor parte de lo que quedaba del castillo, empleando sus piedras como cantera, como se puede apreciar en piezas reutilizadas en su construcción. Aunque es posible que se conservaran algunos restos.


En las cercanías de la iglesia se pueden encontrar algunos elementos indicativos de sus defensas. Como una jamba completa perteneciente a una puerta o una calle con el nombre de una de sus puertas.
Fue construído por los árabes. Tras la conquista de la zona, entre la toma de Alarcón en 1184 y la toma de Albacete y Chinchilla en 1242-43, la fortaleza pasó a formar parte del alfoz de Alarcón. En 1240 figura un tal Ferrández como señor en Roda, es decir, como alcaide de la Roda. Posteriormente fue uno de los territorios cedidos al señorío de don Manuel en compensación por las pérdidas sufridas en las tierras de Alicante, ahora incorporadas a la corona de Aragón. Formó parte de las fortalezas de don Juan Pacheco, II Marqués de Villena, desde 1451, y en el ámbito de la Guerra del Marquesado contra los Reyes Católicos el marqués reforzó el castillo, al igual que la mayoría de sus fortalezas. En 1476, Isabel la Católica ordenó derribar el castillo de La Roda. Felipe II señala que era un castillo muy fuerte, pero también dice que estaba todo demolido. Los restos continuaron existiendo, prueba de ello es que se ocultaron al paso de la comitiva de doña Ana María de Austria, esposa de Felipe IV en 1659, por estar los restos de castillo y las cuevas que en su cerro había ocupados por “gitanos andaluces y moriscos murcianos”. Fueron aprovechados los restos del castillo en la fortificación que efectuaron las autoridades locales en 1835 con motivo de la Primera Guerra Carlista. En un plano de Francisco Coello de 1872, de la villa de la Roda, se aprecia unos fortines que pudieran ser de la III Guerra Carlista, aunque no se tiene constancia de acción bélica alguna en dicha población.