Alcazaba de Jorquera

En un lugar prodigioso y sorprendente, formado por procesos erosivos durante millones de años. Se sitúa en un meandro del río Júcar cortado por el Norte y Oeste por otro meandro del arroyo de Abengibre, por lo que queda completamente aislado excepto por una estrecha franja de terreno en su parte occidental que lo comunica con el resto de planicie circundante. Por tanto, el cerro resultante es sumamente espectacular, rodeado de elevados escarpes verticales e, incluso, extraplomados, por todas sus caras, excepto por el Norte, por donde asciende el camino de acceso actual.

Muy mal estado. A pesar de que en los años ochenta se realizaron algunas obras de consolidación para prevenir desplomes, se encuentra en total abandono, utilizados sus restos para apoyar otras construcciones, tanto privadas como públicas.

Primera de las torres en las que se apoya el cementerio. Esta se sitúa junto a la puerta del mismo. Se puede observar, incluso, como se han habilitado algunos nichos en su interior.

 

 

 

Recrecimiento de los muros por encima de las almenas al construir panteones en el cementerio.

Alcazaba almohade. Es de planta ovalada irregular orientada de Oeste a Este, con una longitud de 205 m. y una anchura máxima de 100 m. cubriendo una superficie de 1’6 Ha. Ignoramos dónde estuvo la puerta, pero en la actualidad cuenta con dos accesos, uno al Norte que sirve de entrada al cementerio, y otro al Sur, más estrecho y empinado y que asciende entre las casas. Constaba de una cortina contínua con torres cuadrangulares huecas de trecho en trecho (25 metros, aproximadamente), abiertas en su parte interna y un almenado cuadrangular también sobre un pequeño adarve. Ha desaparecido todo el sector Sureste. Quedan, en buen estado, siete de esas torres, además de alguna otra bastante arruinada. Toda la obra presenta una gran homogeneidad en su fábrica, siendo los muros de tapial de hormigón, de color rojizo debido a la oxidación de la cal. Este recinto se ha visto profundamente alterado a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y en el siglo XX (Guerras Carlistas, construcción del cementerio, depósito de agua, corrales para ganado). Además en la parte externa se ha excavado la ladera para ampliar las viviendas existentes, llegando en algunas ocasiones a provocar el derrumbe de parte de la cerca. En los años ochenta se realizó la consolidación de emergencia de algunos tramos, pero con diferente fábrica que la original.

Segunda torre.

Tercera torre.

Tercera y cuarta torre del lienzo utilizado por el cementerio. Se ha habilitado el frontón sobre la cerca islámica.

 

 

Lienzo del extremo Noreste. Se aprecia como los lienzos de tapial apean directamente sobre las rocas y que, debido a la intervención humana, parte de ellos ha quedado en voladizo al excavar para construir viviendas.

Esquina Noreste, con parte de la cerca que cubre el cementerio y, más rojiza, otra parte de la cerca que ya se dirige hacia el Suroeste.

Su asentamiento fortificado ya fue ocupado desde épocas prehistóricas y luego por los romanos que lo llamaron Suracia. Fue cabeza de un señorío dependiente de Chinchilla. La primera referencia cristiana bien conocida es cuando el Cid persiguió al rey Lunes, de Marruecos, que se refugió aquí, después de haberle obligado a levantar el cerco de Valencia. El río Júcar fue frontera natural entre Valencia, Aragón y Castilla por el Norte, y los reinos islámicos de Murcia y Granada por el Sur. Para controlar la frontera, los gobernantes de Al-Andalus, mantenían los castillos de Bes, al-Qala, Garadén y Xorquera, todos al Norte del río. Eran cabezas de puente que controlaban los pasos del río. En 1182 y 1183 las huestes cristianas hicieron incursiones por toda la hoz del Júcar. En 1184 cayó Alarcón y en 1186 Iniesta. En 1190 los castellanos volvieron a penetrar en tierras del Axarach. 

Lienzo situado en la zona Noroeste, visto desde el exterior y desde el interior. Aquí aparecen 13 aspilleras abiertas en el siglo XIX durante las guerras carlistas.

En 1211 Alfonso VIII tomó Xorquera, Las Cuevas, Alcalá y otros castillos, los dejó guarnecidos de armas y gente, y regresó a su cuartel general en Alarcón por la premura del invierno. Al año siguiente los moros atacaron Jorquera pero sin poder tomarla, aunque sí tomaron Alcalá y las Cuevas. En 1213, Alfonso VIII volvió y estableció la conquista definitiva. Se ocupó de la repoblación y ordenación jurídica según el fuero de Cuenca en cuyo obispado los integró. En 1243 el infante don Alfonso entregó Jorquera a Pedro Núñez de Guzmán. En 1282, el infante don Sancho otorgó a su tío don Manuel, Jorquera y Ves. La casi independencia del señorío continuó hasta que en 1395 fue incorporado a la Corona. Más tarde fue cedido a Enrique de Villena y, luego, a los Pacheco. Dentro del Señorío de Villena, Jorquera fue siempre cabeza del estado de su nombre, que comprendía 13 pueblos. Jorquera tenía Alcalde corregidor y Justicia con jurisdicción sobre los otros trece pueblos. En 1586, Jorquera dependía del corregimiento de San Clemente, y Ves y Carcelén al de Chinchilla. En 1780, Jorquera pertenecía a la provincia de Cuenca y Ves a la de Murcia. Finalmente, en 1833, al crearse la provincia de Albacete, todas estas tierras quedaron incluídas en ella.

 

Exterior e interior de la torre Noroeste. Se aprecia la reconstrucción de sus muros con hormigón.

Exterior e interior de una de las torres meridionales. También se aprecia su reconstrucción con hormigón. Las viviendas llegan hasta su base, siendo algo complicado observarla.

Segunda de las torres meridionales. Todavía no ha sido reparada Su parte interna fue utilizada durante la etapa carlista, como se aprecia en la imagen superior.

 

 

 

Desde la torre anterior, el lienzo desaparece, hasta llegar otra vez al Norte, donde lo primero que se encuentra es esta torre muy desmochada.

Anverso y reverso del lienzo situado en el Noreste.