Castillo de Gaibiel

Se alza airoso en una estratégica posición sobre el monte Ajetrea, frente a la población de Gaibiel, en la margen opuesta del río del mismo nombre, conocido también como río Regajo, defendiendo el paso en un lugar en que el valle se estrecha formando casi un desfiladero.

Se ha reconstruído por completo. Nosotros no somos partidarios de este tipo de intervenciones tan duras, en las que se levanta un edificio nuevo partiendo de unos pocos restos. Se ha arrasado los restos de un castillo medieval para levantar uno nuevo en estilo del siglo XXI.

Aspecto del castillo antes y después de su reconstrucción. Como se aprecia en las imágenes, ni siquiera han conservado lo poco que quedaba en pie.

Pequeño castillo montano de planta poligonal irregular rodeado de un albácar del que apenas quedan restos. Cuenta con una longitud (Este-Oeste) de 27 m. y una anchura de 12, encerrando una superficie aproximada de 330 m2. Su función debió ser la de un puesto avanzado vigilante de la entrada al valle. De ahí sus pequeñas dimensiones. Además podía ser batido desde el monte adyacente, mucho más alto que el castillo, que hace las funciones de padrastro. La entrada original estuvo situada al Este, a la que se llegaba desde un camino que partía del pueblo. No entendemos por qué razones ahora han puesto la puerta al Sur. La puerta daba acceso a una sala de armas desde la que se accedía a las restantes estancias de la parte baja. Contaba con una gran capilla, una nevera interior, horno, aljibe, cocina y almacén. En el momento de nuestra visita, el castillo permanecía cerrado, por lo que no hemos podido estudiar su interior, pero observando lo que han hecho por fuera, se puede imaginar cómo habrá quedado el interior. A extramuros del castillo han quedado milagrosamente un entramado de muros, torreones, barbacanas, un segundo aljibe y otras estructuras afines a la propia fortificación. De este modo, aparece una falsabraga a nivel de cimientos, con forma de arco y cuya función no era otra que alejar al oponente de los muros del castillo. Dichas defensas, se hallaban reforzada a su vez por un doble muro exterior, cuyos extremos enlazaban los dos torreones semicirculares esquineros de la fachada Sur de la fortificación. Los cimientos se alzan directamente sobre la roca.

 

 

 

Posición del castillo respecto al valle y al pueblo.

También se indica que de épocas recientes, se localizaban a los pies de la fachada Este una serie de estructuras de traza angulosa que por su tipología parecían de la época carlista (siglo XIX), así como una trinchera de la Guerra Civil que desde el interior del castillo discurría bordeándolo hacia el exterior por el lateral meridional y finalizando en un nido de ametralladoras que dominaba desde su posición privilegiada el valle. Nada de todo esto encontramos.

Otra comparación de imágenes con el antes y el después. Esta vez visto desde el Oeste.

 

 

Aljibe extramuros situado en el flanco Este.

 

 

 

Extremo Oeste del castillo.

Vista general del castillo desde el Este.

Castillo musulmán, como prueban los restos almohades encontrados. Fue conquistado por Jaime I el 28 de agosto de 1237 siendo cedido a Pedro Garcés de Roda. En el año 1534 sus señores eran la familia Heredia. En el año 1600 era alcaide del castillo el cristiano Miguel Monçonís, hecho que no fue aceptado por la población morisca de la localidad. Por ciertas contiendas habidas entre los habitantes y señores de esta baronía, pasó el dominio a los Condes de Priego en el año 1636. Tras la expulsión de los moriscos quedó despoblado, por lo que en dicho año se dio a los habitantes del lugar la primera Carta de Población, que regulaba las relaciones entre el señor, Jerónimo Garcés Carrillo de Mendoza, y los pobladores traídos de Aragón y Cataluña. Sufrió reformas en los siglos XIV, XVI y XIX, siendo la última y más impactante, la que comenzó en el año 2004.

 

 

Aspecto del interior del castillo durante las excavaciones que precedieron a su reconstrucción. Fotografía extraída de la web: “gaibiel.es”.