Castillo de Eljas

Se localiza en la parte Oeste del casco urbano, sobre un promontorio granítico de 606 m de altura, con gran dominio óptico de las tierras en dirección hacia Portugal. En el momento de nuestra visita (septiembre 2024) estaba cerrado debido a unas obras, siendo solo posible verlo desde el exterior. Aunque esto no es demasiado problema pues en su interior nada queda, permaneciendo diáfano.

Lo único que queda de la obra original del castillo son las dos torres. El resto son reformas y añadidos de diversa índole. A lo largo del siglo XX fue derribado en parte. Los restos conservados se encontraban en muy mal estado, con agresiones de todo tipo. Se derribó el muro septentrional del castillo para ampliar el cementerio que ya ocupaba el patio del castillo. Se levantó otro muro imitando la técnica del antiguo muro. Fue excavado en el año 2019. Y reparado en el 2021 por la Diputación con un presupuesto de 40.000 €. Se dice que quedan los basamentos de la torre del Homenaje ocultos por un grupo de nichos.

 

La torre Sureste posee planta circular. Originalmente contaba con tres niveles de altura separados entre sí por forjados de madera de los que se conservan los mechinales. La puerta se orienta al Noroeste y daba acceso al nivel intermedio. Los tres pisos comunicaban entre sí por medio de escaleras de mano. En el cuerpo superior, en el lado Norte, se conservan los restos de unas escaleras de caracol que comunicaban el adarve de la cortina Este con la terraza de la torre. Por el lado Oeste una puerta permitía el acceso al adarve de la cortina Sur. Hacia el Sureste, a mediados del siglo XIX, se abrieron huecos para la instalación de campanas. Cuenta con diversas saeteras a diferentes alturas.

La primitiva fortaleza era un espacio rectangular, de cerca de 26 m de lado que fue ocupado con posterioridad para la construcción del cementerio. Tuvo una gran torre del Homenaje, que se alzaba en medio del patio. Era de sillares, constaba de mazmorra en la planta baja y tres pisos más, de madera los forjados, y rematada por una bóveda de crucería y terraza almenada. El recinto exterior de la fortaleza fue construido entre 1530 y 1544, si bien ya desde 1523 se consideraba que el recinto existente resultaba insuficiente. Este nuevo recinto se adosaba a los muros Este y Sur de la primitiva fortaleza y se cerraba por medio de cuatro cortinas con tres torres en sus vértices Noreste, Sureste y Suroeste. La torre del ángulo Suroeste y la cortina Sur han desaparecido, ocultas por viviendas levantadas sobre sus restos. Parte de la cortina Este, en el tramo que se adosa a la torre Sureste hasta aproximadamente la mitad de su trayectoria en sentido Norte, fue demolida y reconstruida en el siglo XX, alterando un pequeño aljibe excavado en la roca granítica. Las dos torres conservadas, de planta rectangular la situada en el ángulo Noreste y de planta circular la del vértice Sureste, se conservan en buen estado, aunque su división interna por medio de forjados de madera ha desaparecido. Resumiendo, el recinto exterior actuaba con respecto al primitivo castillo como un baluarte que protegía el flanco más débil de las defensas. Toda su fábrica son los sillares de granito.

 

La torre Noreste se eleva sobre un afloramiento rocoso que ha sido allanado artificialmente. Posee una planta rectangular, adaptada a las rocas sobre las que se eleva. En origen contaba con tres pisos de altura, separados entre sí por forjados de madera de los que se conservan los canes en los que apeaban las vigas, conservándose en buen estado la bóveda de cañón que cubre la estancia superior. La puerta se sitúa en la cara Sur, al nivel de la planta intermedia, accediéndose desde el exterior, probablemente, por medio de unas escaleras de mano. En el nivel intermedio, sendas troneras con abertura en forma de buzón cubrían los flancos de las cortinas Norte y Este. En su esquina Noreste, posee un balcón esquinero. En el nivel superior una puerta permitía el acceso a los adarves de las cortinas Norte y Este.

Castillo árabe construído en el siglo IX o quizá, anterior. El rey asturiano Ordoño I conquistó Salamanca y Coria durante una incursión en el siglo IX. En 1142, Alfonso VII se apoderó de Coria y con ella, toda la Sierra de Gata. Fernando IV donó este territorio a la Orden de Alcántara en 1302. A mediados del siglo XV fue sede de la Orden de Alcántara, que fue traspasada por orden real a comienzos del anterior siglo. A partir de esas fechas comenzó una época convulsa. A finales de septiembre de 1456, en un informe de don Juan de Garay se indicaba que Eljas había mejorado sustancialmente sus defensas, habiéndose gastado 2.000 escudos en su rehabilitación. Durante el reinado de Enrique IV se hicieron con el control de la fortaleza los hermanos Centeno, personajes singulares que llegaron a apoderarse de gran parte del territorio. El rey Enrique encargó al clavero de la orden de Alfonso Monroy recuperar la zona, sin llegar a retomar el castillo. Finalmente, en 1488, bajo el reinado de los Reyes Católicos, se logró recuperarlo y expulsar a los Centeno.

El recinto exterior de la fortaleza fue edificado en el segundo cuarto del siglo XVI. De esta época son los restos existentes hoy día.

 

En el siglo XVII, a causa de la guerra con Portugal fue rehabilitado y reforzado con una compañía con 3 oficiales y 22 soldados. La fortaleza constaba de dos recintos, uno interior con muralla de traza cuadrada donde se encontraba la torre del Homenaje y algunas dependencias auxiliares. Comunicaba con el exterior mediante un puente levadizo en el lienzo Sur. El segundo recinto y exterior se forma con muros con torres intercaladas, tanto circulares como cuadradas, con puertas en los lienzos Norte y Sur.  Aparece rodeando el conjunto de la fortaleza un foso.

Podemos imaginar cómo era dicho fuerte gracias a un plano conservado en la colección Gaignières, de la Biblioteca Nacional de Francia.

Durante la Guerra de Restauración (1640-1688), la Sierra de Gata fue objeto de una invasión del ejército luso, durante la primavera de 1642  El castillo de Eljas, situado en las inmediaciones de la frontera, dotado de eficaces defensas y emplazado en una altura que dificultaba el acceso a un ejército sitiador, poseía un especial valor estratégico. No obstante, el miércoles 16 de abril de 1642, un ejército liderado por Fernando Teles de Menezes atacó por sorpresa Valverde del Fresno y Eljas, apoderándose rápidamente de ambos lugares, que fueron utilizados como cabeza de puente durante las operaciones desarrolladas en la serranía de Gata. Para la defensa del castillo de Eljas, Teles de Menezes lo encomendó a su maestre de campo Sancho Manuel, que convirtió el castillo en cuartel general de sus tropas, excavando dos pozos para la obtención de agua potable y almacenando en sus dependencias el grano que había requisado a los habitantes de Eljas y Valverde. El 19 de abril llegaron a Eljas los primeros soldados que el duque de Alba había logrado reunir con el objetivo de repeler el ataque portugués y expulsarlos de la sierra. Los españoles pusieron sitio a la fortaleza, siendo reforzados durante los siguientes días con nuevas tropas lideradas por los capitanes Antonio Corbalán y Cristóbal Gallego, que llegaron a utilizar artillería de gran calibre contra las murallas del castillo y excavaron trincheras a su alrededor. Sin embargo, la llegada de refuerzos portugueses obligaron a levantar el sitio el 23 de abril, refugiándose las tropas españolas en San Martín de Trevejo, donde consiguieron repeler el ataque portugués. Temiendo la llegada de tropas de refuerzo españolas, los portugueses decidieron abandonar las posiciones ocupadas en la sierra, lo que incluía el castillo de Eljas, que fue volado al tiempo que se prendía fuego a la población.

Muro del cementerio. Se dice que al construir el cementerio, se reconstruyó el muro imitando su fábrica original.

Fue habilitado a raíz de la Guerra de Restauración con Portugal, la cual duró 28 años, aprovechando los restos del castillo previo existente. Desde 1640 hasta 1668, cuando con el Tratado de Lisboa, Portugal recuperó su independencia. Consistió principalmente en una serie de escaramuzas cerca de la frontera luso-española (La Raya), y cinco batallas principales (batalla de Montijo el 26 de mayo de 1644, batalla de las Líneas de Elvas en 14 de enero de 1659, batalla de Ameixial o de Estremoz en 8 de junio de 1663, batalla de Castelo Rodrigo o de Salgadela en 7 de julio de 1664, batalla de Villaviciosa o de Montes Claros en 17 de junio de 1665). Los portugueses las ganaron todas. Desde el comienzo de la guerra, las incursiones y correrías de los portugueses por las poblaciones españolas más cercanas a la frontera fueron frecuentes. Ante esta continua amenaza de invasión, los pueblos próximos a la frontera construyeron fuertes en los lugares de más fácil defensa, aunque con demasiada precipitación y quizá, no demasiado sólidos, puesto que no se ha conservado ninguno en la actualidad.

 

Si alguien está interesado en profundizar en este tema, puede consultar el estupendo trabajo de: “Fortalezas de la raya cacereña en el siglo XVII”

fortalezasdelaraya.blogspot.com