Castillo de Culla

Vista meridional del cerro del castillo en el año 2012, antes de su recuperación.

Sobre la roca en que se asienta la población, cota más alta de todo su término y lugar de extraordinario dominio óptico. Mantiene contacto visual con Vistabella, Boi, Benafigos y Adzaneta. Incluso en días claros se divisa el Montgó, en la lejana provincia de Alicante. Se puede ascender hasta su cima por un sendero en su parte Oeste.

En el momento de nuestra primera visita en el año 2012, estaba prácticamente desaparecido.  La explanada de la cumbre era un solar cubierto de hierbas. En el año 2017 se inició una restauración que consistió en la reconstrucción del castillo prácticamente de nueva planta. Por lo menos se utilizaron materiales muy acordes con la fábrica original y que imitan antigüedad. Los tramos conservados de la muralla de su recinto inferior, todo de mampostería, se encuentra en mucho mejor estado.

Extremo Norte de la fortaleza, donde estuvo una de las tres puertas del castillo (El Portellás). Posiblemente protegida por este cubo.

 

 

Grabado de Culla realizado por Antonio José Cavanilles, en 1791. Se aprecian los dos recintos y la torre mayor o “del Frare Pere”.

Jamba de una puerta, y detalle de las armas de Montesa, situadas en ella.

El mismo sector de la izquierda en el año 2021.

 

En la parte Sureste, bastante oculta entre casas y vegetación, queda una jamba de un portal en la que aún se distinguen los emblemas de la Orden de Montesa y del maestre fray Pedro de Thous, con un pequeño tramo de muro en el que todavía se conserva el adarve y algunos indicios de almenas, y los basamentos de una torre, posiblemente cuadrangular.

 

 

Muro que conserva el adarve. Lamentablemente, los vestigios de almenas de su parte superior han sido rellenados y aplanados.

Castillo roquero de planta irregular, con dos recintos concéntricos y tres puertas (Portal de la Font, en la c/Abadía; el Portellás, en el carrer Pla y la Porta Nova), de las que tan solo queda en pie esta última. Fue una edificación impresionante, especialmente por la elevada muela donde se construyó, a 1.121 m. sobre el nivel del mar. Del recinto principal, más elevado, situado encima de la roca, apenas quedaba nada en 2012. Ahora, se ha excavado y reconstruído gran parte de dicho recinto, especialmente la zona de la celoquia. La legendaria torre del Frare Pere, la de mayores dimensiones del castillo, posible Homenaje, también ha sido recuperada aunque a nivel de cimientos.

Frente Sur en 2012. En la parte alta, donde están las antenas, estuvo la torre del Frare Pere. A nivel más bajo, entre los cipreses y las casas, se ven algunos muros pertenecientes al recinto inferior.

Puerta Nueva. Debe su nombre a que fue reconstruída en el siglo XVII, pero guardando su estructura original de la época de los templarios. Presenta arco de medio punto adovelado, con una anchura determinada por el espacio que ocupa “un cavall en la saria”, es decir, un camino de herradura.

Detalle de la inscripción ubicada en la clave del arco.

 

 

Frente Este. Esta hilera de casas se levantó directamente sobre la muralla. Milagrosamente se han conservado cuatro cubos circulares.

Torres del muro Este.

 

 

Restos de muros del recinto superior en 2012. Antes de su reconstrucción.

 

 

Lienzo de la muralla ubicado en la parte trasera de la iglesia.

Este lugar ya fue ocupado en la Edad del Bronce y, más tarde, por los íberos. Pero el castillo propiamente dicho fue comenzado en el siglo XI por los árabes. Fue conquistado por el rey Sancho Ramírez en 1093, pero ante el avance almorávide fue abandonado diez años después por Pedro I de Aragón. En 1213, Jaime I donó estas tierras a la Orden del Temple, antes de su conquista. Finalmente, Culla fue conquistada a los moros por don Blasco de Alagón entre 1231 y 1234, en tiempos de Jaime I. Más tarde, en 1303 pasó a la Orden del Temple y, posteriormente, a la de Montesa en 1319. En el siglo XVI el comendador de la orden trasladó su residencia a Adzaneta, dejando el castillo abandonado. Para terminar su destrucción, la mayor parte de sus piedras fueron utilizadas por los vecinos para construir las casas del pueblo. Durante la primera guerra carlista es reutilizado por los carlistas, convirtiéndose en prisión de liberales cautivos, hospital de sangre, oficinas de recaudación, almacén de víveres, reparación y fundición de armas, taller de arneses y monturas y una sastrería. Al terminar la guerra, el castillo de Culla recibió la orden de ser dinamitado hasta los cimientos quedando hecho un montón de escombros. Situación que duró hasta el año 2017.

Fotografías de 2021. Recinto superior o celoquia, reconstruído desde cimientos pero con materiales que imitan los originales. Junto a la torre circular aparecen las jambas y el umbral de la puerta.

 

 

Torre de la celoquia y restos de la puerta.

 

 

Basamento de la torre del Frare Pere.

Dos imágenes  del sector meridional. También aquí se levantaron casas sobre la muralla. Hacia las afueras del pueblo (imagen inferior), se ha reconstruído el muro modernamente.

Portal de la Fuente, en la c/Abadía. El arco ha sido reconstruído recientemente en el mismo lugar que estaba el original.

El castillo visto desde el Norte.