Se localizaba en el centro del pueblo, sobre una colina junto al barranco. Quedaba englobado por las actuales calles de Blasco Ibáñez, Vall y Llavador. También era llamado Castell de Altamira.
Desaparecido. Al construir la Oficina de Turismo apareció un muro del castillo que quedó oculto tras concluir las obras, sin posibilidad de observación por parte de turistas o visitantes.
Es de señalar que han quedado documentadas las normas que marcó Pedro IV en 1319 para la conservación y fortificación del castillo de Crevillente, y que poco después la reina doña Leonor envió un emisario para reconocer esta fortaleza y la de Elche.

Grabado antiguo en que se representa el castillo de Crevillente.