Sobre la colina que se alza en medio del pueblo, donde actualmente existe un depósito de aguas de color blanco. Su acceso es muy sencillo entre las callejuelas.
Prácticamente desaparecido. Tan solo quedan las ruinas de una de sus torres.
Poca cosa se puede decir de este castillo, pues no hay restos suficientes para su descripción. En la parte Norte del montículo, entre el depósito de agua y la ermita, subsiste una de las torres del castillo en estado muy ruinoso. Parece de planta rectangular (5 x 4 m), está muy rebajada en altura, con abundante pérdida de materiales, aunque todavía es posible vislumbrar su fábrica de tosca mampostería con sillares en las esquinas. Se dice, también, que la cabecera de la ermita ocupa los supuestos restos de otro torreón de sillería, aunque es muy complicado comprobarlo.
El castillo se cree construído entre los siglos XIII y XIV.
Entre las casas del pueblo aparece la colina del castillo. Se puede observar su gran dominio visual.