Castillo de Castalla

Imagen del castillo desde el Sureste, en la que se aprecian las tres partes del castillo y el camino zigzagueante de ascenso.

Dominando el valle del río Verde, sobre un crestón calizo en su margen derecho, que se alza en medio de la llamada Hoya de Castalla, de 785 m. de altura. Por su posición es visible desde gran distancia, dominando, a su vez, ópticamente, una extensa franja de terreno. A él se accede desde la población, por un sinuoso y empinado vía crucis que arranca desde la medieval ermita de la Sangre. Tras haber sido restaurado recientemente, el recinto ha sido cerrado y sólo es posible su acceso con visita guiada. No obstante, en la parte trasera (Oeste) el ascenso está expédito y no hay problemas en subir, pero el portillo está siempre cerrado y tan solo es posible admirar la fortaleza desde el exterior.

Excelente. Ha sido restaurado con gran acierto después de siglos de abandono y ruina.

Plano del castillo extraído de la web: “jdiezarnal.com”.

Castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio disponible en lo alto de la cresta rocosa. Se dispone de forma alargada con orientación Norte-Sur, con una longitud aproximada de 90 m. y una anchura máxima de 40. Ocupa una superficie cercana a los 1.800 m2. Consta de tres partes: al Norte, el palacio; en su centro el gran espacio amurallado o patio de armas; y al Sur la gran “Torre Grossa”.

Aljibe situado extramuros, junto al camino de subida, recuperado en la restauración. Debió servir para surtir a la población.

Palacio: Su nombre puede llevar a engaño, ya que así es como se denomina aunque no podemos enjuiciarlo con el concepto de palacio que tenemos en la actualidad. En realidad se trata de una edificación de dos plantas que cumplía funciones de residencia del noble feudal y función militar. Presenta planta pentagonal irregular, con dos grandes torres en sus esquinas Noreste y Sur (Torre Prima). Además el recinto se completa con torre de menor tamaño, cuadrada (Oeste). 

Plano del palacio extraído de la web: “jdiezarnal.com”.

 

 

 

Ángulo Sureste del “Palau”. El cubo circular de la izquierda es la “Torre Prima”.

Posiblemente para su construcción se adosó o aprovechó la existencia de una anterior torre de planta rectangular existente en su esquina Oeste. El conjunto configura un edificio de dos plantas, según las marcas de los mechinales de las vigas de los suelos, que rodeaban un patio central, ligeramente trapezoidal en cuya base se emplaza el aljibe, hoy tapado por razones de seguridad.

 

Interior del patio del “Palau”. Se ha habilitado todo el edificio separando con ingenio los elementos antiguos de los modernos. En el centro del patio, circular, está el aljibe.

Sala del cuerpo de guardia, estrecha y alargada, con su bóveda original.

La comunicación entre las plantas se realizaba por medio de una escalera de caracol existente en el interior del cubo Sur (Torre Prima) que permitía acceder a las salas, de planta rectangular con cubiertas de medio cañón, ventanas y puertas con molduras de arcos mixtilíneos.

En su lado Norte una gran habitación rectangular realizaba las funciones de cuerpo de guardia.  El cuerpo de guardia tiene planta rectangular y se cubre con una bóveda de cañón. Disponía de un altillo al que se subía por una escalera adosada a la pared por unos mechinales que todavía se conservan. En la actualidad esta escalera ya desaparecida se ha sustituido por otra escalera de moderna realización. La habitación se iluminaba por algunos vanos abiertos en las paredes. Su entrada se realizaba por dos vanos de arcos de medio punto construidos en ladrillos.

Las salas más nobles parece que se ubicaban en la torre Oeste en la que se aprecia la existencia de los restos de una gran chimenea que comunica las estancias. El conjunto se remata con almenas aspilleradas. Toda la obra está realizada en muros de tapial sobre basamentos de mampostería, exceptuando las grandes torres circulares que son de mampostería con sillería en vanos y puertas.

Torre Prima. A la izquierda una de sus bóvedas, semiesférica, milagrosamente conservada. Y otra, nervada, desaparecida, cubierta con una losa de hormigón.

 

 

 

Aspecto del “Palau” con la entrada principal al castillo en sus cercanías.

Torre Prima.

Una de las salas del “Palau”

Otra de las bóvedas nervadas desaparecidas del “Palau”.

 

 

El Palau o Palacio era de por si un pequeño castillo dentro de un castillo, ya que podía defenderse independientemente del resto de la fortificación.

Recinto amurallado o patio de armas. Se conservan los lienzos de los frentes oriental y occidental, con fábrica de mampostería en “opus spicatum” y aspilleras por debajo de la línea de almenas, algunas de ellas todavía originales. En el interior de este gran espacio se aprecian restos constructivos pertenecientes a las diversas dependencias o instalaciones del castillo bajomedieval. Además en este espacio es donde se concentraban las edificaciones del ámbito doméstico castrense. De todo ello sólo nos quedan sus restos y poco más.

El acceso al edificio se realiza a través de un vano formado por un arco de medio punto con sillares bien trabajados, que se sitúa en el lienzo de la muralla del lado Este. En la parte superior podemos ver todavía dos ménsulas que servía de sujeción a un matacán que permitía la defensa de la entrada. Por el interior el arco de entrada en lugar de medio punto es un arco rebajado.

Exterior e interior de la puerta principal del castillo, situada en el lienzo Este.

Mención aparte es una habitación subterránea conocida como “l’escola dels moros” (escuela de los moros), pero que en realidad es un aljibe de origen musulmán del siglo XI. El mismo ha sido ampliamente reformado y en la actualidad se compone de una amplia habitación rectangular cubierta por una bóveda de cañón sustentada por tres arcos fajones. Su acceso situado en el Patio de Armas se realiza a través de una escalera que conduce al nivel inferior.

 

 

 

Lienzo Oeste, desde el interior del patio de armas.

Sector Norte de la fortaleza, con el “Palau” y parte del patio de armas.

Sector Sur, con la Torre Grosa.

 

 

Todo el perímetro del castillo ha sido reconstruido, excepto este reducido tramo, junto a la Torre Grosa. Desconocemos el motivo.

Torre Grossa: Situada en el extremo Sur del conjunto, es de planta circular y grandes proporciones. Se accede a ella a través de un vano formado por un arco de medio punto realizado en sillería bien trabajada. Se accede a la terraza a través de una muy estrecha escalera de caracol. Está realizada en mampostería, presenta dos pisos cubiertos con bóvedas semiesféricas y cuatro troneras abocinadas al interior. Las cubiertas de sus plantas destacan por estar formadas por bóvedas realizadas en cañas y barro que una vez tratadas forman una superficie estable. 

Torre Grosa y sus dos bóvedas realizadas con cañas y barro.

 

 

 

Los dos lienzos del patio de armas se unen en el extremo Sur, en la Torre Grosa.

El cerro del castillo ha sido poblado ininterrumpidamente por todas las culturas desde el Neolítico, pero los restos más antiguos de fortificación son islámicos del siglo XI. En 1229 pertenecía a Ceit Abu Ceit, antiguo gobernador de la ciudad de Valencia. De esta época apenas quedan   restos visibles. Al conquistar Jaime I Biar, en 1245, obtuvo la cesión de esta plaza, en poder de Ximén Pérez de Arenós, a cambio de Cheste y Villamarchante, siendo repoblada con cristianos y quedando en plena zona fronteriza, por lo que su castillo tuvo una extraordinaria importancia estratégica. En el año 1336, el rey Pedro IV de Aragón lo convirtió en propiedad de la Corona. En el año 1362 fue creada la baronía de Castalla, que fue donada a Don Ramón de Vilanova. El edificio del palacio corresponde a la segunda mitad del siglo XV, cuando Pedro IV, en 1362, concedió el castillo en feudo a Ramón de Vilanova, y ordenó que se reparase prontamente porque su estado era muy ruinoso. Las obras de esta época quedan patentes en las troneras y las almenas aspilleradas, así como en su planta rectangular. La última construcción realizada en el castillo es la Torre Grossa, terminada en 1579. Se sabe que en 1813 ya estaba en ruinas. En otras fuentes, se dice que la muralla principal que une la torre y el palacio fue el último elemento incorporado a la fortaleza y terminada en la segunda mitad del siglo XVI. Después de las batallas contra el Francés, el castillo quedaría abandonado y poco a poco fue deteriorándose. Los vecinos del pueblo empezaron a usar sus piedras como elementos constructivos de sus casas e incluso se excavó el castillo en busca de supuestos tesoros moros que nunca existieron. El castillo quedó arruinado. En 1729 el castillo fue heredado por los Marqueses de Dos Aguas que ostentaron la propiedad hasta principios del siglo XX en que su propietaria María Dasí Puigmoltó lo donó a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Castalla. En 1929 se esculpió y se colocó en la “Torre Grossa” una escultura de piedra con forma de Jesús. Media siete metros y estaba apoyada sobre una base de cinco metros. El objetivo era que se pudiera contemplar desde todos los pueblos próximos ya que era la zona de mayor altura. En la Guerra Civil Española la escultura fue derribada. Posteriormente en el año 1989 el castillo pasó a propiedad municipal.

La actuación en el castillo de Castalla tuvo un importe de 528.891 euros y consistió en la restauración de las cubiertas de las naves laterales y de las bóvedas de la torre circular del Palau, la consolidación de los muros del recinto, la actuación en el gran aljibe y, en general, la puesta en valor del conjunto de la arquitectura de este castillo del siglo XIV.

 

Fotografías antiguas extraídas de Internet, antes de su restauración. El  pésimo estado en que se encontraba tan magna fortaleza es evidente.

Imagen extraída del blog: “verpueblos.com

Fotografía realizada en 1888 por el doctor Salcedo. Ha sido extraída del blog:

vilaplanasousaonil.blogspot.com”.