La excepcional fortaleza de Bañeres, desde el Sur.
Situado sobre el Tossal del Águila, a 830 m. de altura, dominando al completo toda la población de Bañeres. Es accesible de forma sencilla entre las callejas del casco viejo.
Muy buen estado. Fue totalmente restaurado, con acierto, por la Dirección General de Bellas Artes y el propio ayuntamiento, en la década de los setenta del siglo XX.
Castillo roquero de planta poligonal irregular, con dos recintos escalonados dispuestos en su parte meridional. El castillo ocupa una superficie total de 880 m2. Sobre todo el conjunto destaca en especial, la mole de la gran Torre del Homenaje. El acceso actual al conjunto se realiza por una puerta con arco de medio punto en sillería, que aprovecha un quiebro en la fortificación por su flanco Noreste. Pero la puerta original estuvo en el extremo Suroeste, descubierta durante las obras de rehabilitación del castillo, aunque no se recuperó. Todos los lienzos están levantados y rehechos con mampostería trabada con cal, primero durante la Guerra de Sucesión, y luego, en el siglo XX. Es por ello que sus lienzos y almenas muestran tanta homogeneidad. El primer recinto encierra una especie de plaza de armas de pequeñas dimensiones, donde actualmente se han colocado unos jardines, y se han rellenado las ruinas de las dependencias originales con escombros para igualar el piso. Todo el perímetro presenta almenas y adarve, aunque las almenas originarias no eran tan grandes. Al segundo recinto, situado a nivel superior, se ingresa por medio de una puerta adintelada en sillería, situada hacia el Este, con una inscripción con la fecha del año 1803. En este recinto se emplazan a ambos lados del camino el aljibe, hoy sede del grupo local de los Amigos de los Castillos, y la antigua ermita, blasonada con el escudo municipal.
Exterior e interior de la puerta actual.
Flanco Este.
La torre del Homenaje es de apariencia magnífica e impresinante. Es obra de planta rectangular, de 8 x 7’5 m. cimentada directamente sobre la roca, con 17 m. de altura. Su fábrica es el tapial morisco, a base de cal, arena y gravas, añadiendo piedras de diferentes tamaños. Posee un ingreso en altura, de arco de medio punto en sillería y dispone de tres plantas en su interior cubiertas con bóvedas de medio cañón. A las diferentes plantas se llegaba por medio de escalas de madera abatibles, medio muy seguro ante posibles ataques. Se accedía a su interior a través de una puerta abierta a pie de roca, en su parte occidental, situada a 2’5 m. de altura, solo accesible con escalas abatibles. En la actualidad, la puerta aparece cegada al exterior, aunque es visible desde el interior de la torre. El acceso actual se habilitó durante la restauración del castillo aprovechando un vano de época posterior a la construcción de la torre. Fue levantada por los almohades en la primera mitad del siglo XII.
Segundo recinto y acceso al mismo.
Acceso al cubo Norte, de planta trapezoidal.
El hallazgo de varias cuevas durante las obras de restauración, demostró que fueron ocupadas hace 4.000 años. Pero la primera fortaleza fue levantada por los musulmanes, aunque los restos de esa época estén reducidos a la mínima expresión. El sistema de construcción de la torre confirma su origen islámico de la primera mitad del siglo XII, en tiempos almohades. Jaime I lo ocupó en 1248. En 1249, dicho monarca lo donó en régimen de alodio a Jofré de Loaysa, junto con el castillo y villa de Serrella. Pasó luego a Bernardo de Tous. En 1303 fue comprado por Pedro d’Artés, quién lo vendió en 1381 a la villa de Bocairente. Durante la Guerra de Sucesión desempeñó un activo papel, al declararse los habitantes de la villa partidarios de Felipe V. Formó parte de la denominada Unión de Castalla, partidaria del bando borbónico, por lo que sufrió más de 20 ataques y tres sitios, el último el 14 de noviembre de 1706, por los partidarios del Archiduque. No hay que olvidar que casi todas las poblaciones de su alrededor eran austracistas, sobre todo Bocairente y Alcoy. De todas formas, resistió heróicamente bajo el mando del capitán Raimundo de Casamayor. A finales del siglo XIX el castillo pasó a propiedad municipal. Actualmente alberga un museo sobre la fiesta de Moros y Cristianos y es sede del grupo local de la Asociación de Amigos de los Castillos.
Terraza de la Torre del Homenaje.
Acceso actual a la torre, por medio de una pasarela metálica.