En la Plaza de la Constitución, en el centro urbano. Defendía el estrecho istmo a través del cual se llegaba a la ciudad vieja, situada a modo de península sobre una plataforma rocosa, con tajos de roca verticales en casi todo su perímetro.
Prácticamente no queda nada de ella, por lo menos a simple vista, ya que las viviendas han ocupado parte de su interior. Los restos se limitan a un torreón, muy transformado, y a un par de largos lienzos también muy modificados. En el momento de nuestra visita (diciembre 2023) el gran edificio existente en su interior, así como todo el recinto estaba siendo acondicionado para habilitarlo como establecimiento hotelero de alto nivel.


Este torreón está considerado por todos como perteneciente a la alcazaba, pero es muy evidente su gran transformación.

Maqueta de la alcazaba situada en los bajos del Hospital de la Reina. El torreón actual correspondería al situado más a la derecha de la maqueta.
Antigua alcazaba musulmana que no es ni sombra de lo que fue. Sus escasos restos se distinguen al estar pintados de rojo. Queda un torreón situado en su extremo occidental, frente a la amplia plaza del pueblo. Al parecer, dicho torreón está construído con sillares sobre una base de mampostería concertada, pero nada de esto es visible al estar enlucido. Fue habilitado como vivienda, con terraza incluída. En diversos puntos se ve como el lienzo se ha asentado directamente sobre la roca, la cual ha sido cortada en vertical, hasta una altura de un metro, de forma que se prolonga la altura de dichos lienzos.


Flanco occidental de la alcazaba, recayente a la Plaza de la Constitución. Imagen extraída de la web: “sincodigopostal.com”.

Flanco meridional.
Fue conquistada por los Reyes Católicos pero por poco tiempo, pues los moros consiguieron recuperarla. Alhama fue conquistada definitivamente a los moros en 1482 por Rodrigo Ponce de León en un ataque por sorpresa. La ciudad se reforzó militarmente durante un tiempo, por miedo a que los musulmanes volvieran a atacarla, pues la ciudad estaba rodeada de tierras moras. Tras la toma definitiva de Granada en 1492, y la posterior expulsión de los moriscos años después, el peligro de invasión desapareció por lo que las torres de la alcazaba, fueron derribadas. A pesar de ello siguieron quedando algunos vestigios en pie.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, ya en manos privadas, se remodeló, presentando el aspecto que tiene hoy día. Salió a la venta en 2013 por un valor de un millón de euros. Y desde 2021 está en obras para su transformación en hotel de cinco estrellas.

c/Portillo Naveros.
Aquí apreciamos como el lienzo se apoya directamente sobre la roca madre, que ha sido recortada para prolongar la altura.

Don Íñigo López de Mendoza, Conde de Tendilla, alcaide de la fortaleza de Alhama, “inventó” el billete al portador, más o menos como lo conocemos hoy en día y muchos años antes de existir los bancos. Al parecer el invierno de 1483, fue un año lluvioso y algunos muros de la alcazaba habían cedido. En junio de ese año, el conde mandó reparar la fortificación, quedándose pronto sin dinero. Las tropas a su cargo hacía ya un tiempo que no cobraban, y estaban a punto de amotinarse. Como el Conde no disponía del dinero en efectivo se le ocurrió calmar los ánimos de la siguiente forma, según las crónicas de la época “dioles moneda sin dineros de justo valor y peso”. Hizo albalaes al portador de diversos precios, y firmados con su nombre. Los repartió a los soldados, albañiles, etc… como si fuera dinero, y dio su palabra de caballero “de no salir de Alhama sin pagar todas aquellas monedas y firma”, cuando le llegara el dinero en efectivo, y así lo hizo, en julio de 1484. Estos papeles circularon por Alhama como los billetes que usamos nosotros habitualmente. El conde de Tendilla ejerció durante un tiempo de banco, emitiendo unos albalaes al portador con unas cantidades determinadas. Estos documentos tenían el mismo valor que la cantidad que había escrita.