Las diferentes fortificaciones que se levantaron en San Carlos durante siglos, estuvieron todas en el lugar en que hoy día está el mercado municipal y algunas calles cercanas (c/Foso, c/Convento).
La torre y el castillo están desaparecidos. De la batería ha quedado la parte inferior de la batería propiamente dicha.
Parece ser que en este lugar los musulmanes tenían un “ribbat” o monasterio fortificado. Se cree que la antigua Torre de la Rápita estuvo junto a él. Dicha torre estaría en la actual Plaza del Mercado y del monasterio han quedado restos un poco al Norte, visibles en la c/del Convento. En planos antiguos, como el que mostramos, solo existe la torre, por lo que el resto de edificios ya debían estar en muy mal estado.

Plano de 1749 del Delta del Ebro, en el que aparecen todas sus fortificaciones, la mayoría desaparecidas en la actualidad. Debajo, ampliamos un detalle en el que sale la Torre de la Rápita.

Sea como fuere, entre el monasterio fortificado y la torre formaron un edificio que fue llamado a partir de entonces, castillo. En 1097, Ramón Berenguer III cedió el castillo de la Rápita al monasterio de San Cugat del Vallés. Puso como condición que se estableciera un priorato que iniciara la recolonización de estas tierras, especialmente activa durante el siglo XIII. En 1260 los monjes benedictinos de San Cugat vendieron el castillo y su término a los monjes hospitalarios. En el castillo establecieron una comunidad de monjas procedentes de Sijena, que permaneció en él hasta 1579, cuando se trasladaron a Tortosa, debido a los continuos ataques de los piratas berberiscos. Jaime II les concedió a las monjas la propiedad perpetua de la torre y el convento. Hasta que se fueron, claro.
La Torre de la Rápita fue anterior a todas las demás que se levantaron en torno al Puerto de los Alfaques y el Delta del Ebro. A pesar de la ocupación de las monjas, sus funciones de defensa y vigilancia de la costa continuaron. A principios del siglo XVII, estando el convento o castillo en ruinas, fue utilizado como base militar para los soldados encargados de la expulsión de los moriscos. Y en 1610 su recinto fue utilizado para albergar a los numerosos moriscos que durante cuatro meses fueron expulsados de España. Todo este conjunto de monasterio-castillo-torre desapareció con el tiempo.

Muro del monasterio que da a la c/del Convento. Se observa una puerta con arco escarzano y una pequeña espadaña.
En la segunda mitad del siglo XVIII, el rey Carlos III ordenó la construcción de un gran puerto en la Bahía de los Alfaques, y un amplio canal para la navegación, con una gran ciudad, que en honor suyo se llamaría San Carlos de la Rápita. Desgraciadamente, la muerte del rey en 1788, paralizó todo el proyecto cuando ya estaba a medio construir. En 1748 se proyectó una batería para defender el puerto que empezó a construirse entre 1780 y 1787. Una batería que se llamó Batería de San Carlos y se construyó al Sur de la antigua torre. Al construirse en el mismo lugar que el castillo-monasterio anterior acabó llamándose igual: “el Castillo”. En la década de los setenta del siglo XX, se levantó el mercado municipal sobre los restos de la batería. Los viejos muros fueron dinamitados. De la Batería de San Carlos tan solo ha quedado la parte inferior de un muro ataludado con fábrica de buenos sillares y planta circular, que correspondía a la batería donde se apoyaban los cañones.

Plano de 1748 en el que se proyecta la nueva batería para 14 cañones a construir en Los Alfaques. Lo destacamos porque aparecen representados tanto la torre como el convento.

El mercado municipal sobre la batería de San Carlos.
