Junto a la carretera de San Isidro, a las afueras del pueblo, antes de llegar a la rotonda. Se alzaba sobre un antiguo cerro o cabezo, apenas distinguible en la actualidad, debido a los trabajos agrícolas. Es conocida también como Torre de la Granja o de la Mora.
La conservación del edificio parece buena, pero está muy alterada, con obras adosadas de carácter agrícola de menor antigüedad que la torre y de escaso interés arquitectónico.
Torre de planta cuadrada, de 13 m. de lado y muros de dos metros de espesor. Los muros son de mampostería vista en el cuerpo inferior y enlucida en el superior. Cuenta con tres plantas, además de la terraza, que se cubren con bóvedas vaídas. Pero únicamente se reflejan al exterior las plantas primera y segunda, quedando oculta la inferior. La planta inferior, casi subterránea, presenta bóvedas de cañón; el piso principal está formado por bóvedas rebajadas; siendo adintelada la estructura superior, sobre la cual apoya la terraza plana, situada a unos diez metros de altura, lo cual proporciona a la torre la figura de un cubo. La comunicación vertical interior conserva en parte la escalera original, si bien se encuentra cegada la existente entre la planta baja y el piso primero. En su centro tiene o tenía, un pozo de agua hecho a pico en peña caliza y dos cárceles muy fuertes. Los vanos han sido agrandados y transformados por el carácter residencial que ahora ostenta.
Es tradición que en este punto estuvo situada la antigua población y así lo indican las ruinas y grandes cimientos de argamasa que se han descubierto en las excavaciones hechas en las diferentes épocas. Pero la torre debió construirse entre los siglos XIII-XIV. Por tanto es de época islámica tardía o cristiana. Parece ser que en el siglo XV fue atacada por conflictos con las aguas de la acequia y no se consiguió tomarla. Perteneció este edificio al señor territorial marques del Rafal hasta el año 1822 que lo enajenó en venta. Actualmente es de propiedad privada.