La torre en el año 2021, tras la restauración. Debajo, en 2009.
Junto al barranco del Baladrar, a dos kilómetros antes de que desemboque en el mar formando la cala de su nombre. El lugar es bastante intrincado y laberíntico. Hay millones de casas y chalets comunicados por innumerables caminos y carreteras. La mejor referencia es que a escasos metros está el retén de bomberos forestales voluntarios, pero se trata de un barracón desmontable que puede ser cambiado de sitio con facilidad.
Después de estar en la más completa ruina, un proyecto de rehabilitación del ayuntamiento ha sido llevado a cabo por la Escuela Taller. Pero, incomprensiblemente, una vez restaurada, ha vuelto a dejarse en abandono y a merced de actos de vandalismo.
La restauración ha sido importante como se manifiesta en estas dos imágenes del 2009 y de 2021.
Se trata de una torre con vivienda adosada. La torre es de planta rectangular (5 x 6’5 m) y tres plantas, destacando en altura por encima del resto de edificios. En la actualidad se ha eliminado la cubierta inclinada que tuvo y se le ha devuelto su altura original. Los muros son de mampostería irregular y en las esquinas se utiliza sillarejo. Los huecos son rasgados y están formados por sillares que configuran su forma. Construcciones de diversas épocas están añadidas a dos de las fachadas de la torre que, por las juntas entre las fábricas evidencian la independencia estructural entre las construcciones. Se desconoce con exactitud la fecha de construcción aunque por las técnicas empleadas debe datar de fines del siglo XVI en adelante.