La fábrica de la torre es el tapial, pero con abundante mampostería gruesa.
En la margen derecha del Arroyo Morote, frente a la Torre de las Huertas. Y como ésta, amenazada por alturas superiores que le hacen de padrastros, por lo que su funcionalidad defensiva debió ser escasa. Su acceso se realiza por la misma pista que accede a la Torre de las Huertas. Basta con seguirla, cruzar el arroyo por los vados y ascender por la ladera opuesta hasta las cercanías de la torre, a escasos metros de la pista.
Muy mal estado. Tan solo quedan sus cuatro deterioradas paredes.
La pista forestal discurre a escasos metros de la torre.
Interior de la torre. Se aprecian dos pisos y las marcas de las cajas del tapial.
La torre, frente al valle del Arroyo Morote.
Cortijo León, a los pies de la torre, junto al arroyo.
Torre de planta rectangular (8 x 5 m), con un espesor de su pared de 1’20 m y fábrica de tapial. Tiene un boquete en el ángulo Sureste, de 1 m de ancho, parecido a una puerta, con el que habitualmente se confunde. Conserva dos plantas, pero posiblemente tuviera alguna más. La planta baja tiene 2 m de altura y el primer piso, 2’50. Aunque no existen evidencias de algún posible recinto, en la ladera meridional, sobre una gran superficie de terreno, entre los bancales de olivos y almendros, existe gran abundancia de fragmentos cerámicos pertenecientes a tejas y ladrillos. Deben ser restos de la puebla que se alzó en este lugar y, a la que, sin duda, la torre defendería.