Torre de San Marcos

A unos cinco kilómetros al Norte del pueblo, junto al camino que lleva al monte Turmell, enfrente de las montañas de les Moles y sobre una pequeña colina o promontorio, adosada a la ermita de San Marcos.

Bastante bueno, pues ha sido restaurada, pero al estar adosada al edificio de la ermita en dos de sus lados, queda bastante desapercibida.

La torre todavía queda adosada por dos de sus lados, pero antes aún era peor, pues durante la restauración se derribó un edificio que la cerraba por otro lado, ahora libre.

 

Aspecto del conjunto de edificios que existen junto a la torre. En primer término aparece el aljibe, coetáneo de la torre. Es de planta rectangular cubierto por bóveda de cañón.

Torre de defensa del antiguo poblado musulmán de La Barcella. La torre es de planta rectangular (5’5 x 4’5 m) y sus muros son de mampostería trabada con mortero y esquinas reforzadas con sillares. Los sillares están bien trabajados, en tres de ellos aún se observa grabadas sobre su superficie las marcas de cantería, dos son aspas y la otra una flecha. La parte superior se remata con almenas de forma prismática. Actualmente los flancos Este y Sur están cubiertos por las dependencias de la ermita, siendo solo visibles las fachadas Norte y Oeste. En las dos se abren dos pequeños vanos. En la esquina Noroeste se lee la inscripción grabada del año 1834, y podría corresponder a la fecha de alguna intervención en el edificio. No se conservan aspectos ornamentales en la torre. Junto al edificio de la ermita, hay otro muy reformado que fue construido para hospedería y más tarde aprovechado como escuela, aunque la parte trasera, la que estuvo situada al Norte y al Este de la torre, hoy ha desaparecido. En la cara Sureste de la colina, aún quedan restos del cementerio cuyas cruces de piedra labrada fueron retiradas y están empotradas en el hormigón de otro cementerio para evitar el expolio. 

El nombre del valle en el que se sitúa la torre lo fue también de una población que se asentaba en el lugar que ocupa hoy tanto la torre como la ermita erigida junto a ella. Ya es citada en 1192, antes de la conquista cristiana del territorio La ermita es conocida con el nombre de San Marcos, pero en realidad  está dedicada a San Pedro, llamándose en otros tiempos, a los frailes que allí vivían, los Pedros. Los Pedros fueron unos monjes guerreros que durante la edad media se constituyeron como parte integrante de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. Su carta de población la otorgó el rey Alfonso II en 1192 a la Orden de San Juan de Jerusalén, siendo la primera carta puebla concedida al Sur del río Ebro. Pero aún tardarían estas tierras más de cuarenta años para que el nieto del rey Alfonso II, Jaime I las conquistase. La donación de esta Carta tenía por objeto estimular a aquellos frailes guerreros a reconquistar a los árabes el poblado de La Barcella.

La Barcella fue dada a poblar por el Maestre Hugo de Folcalquier el 8 de octubre de 1235. Administrativamente quedó incluida en el distrito del castillo de Cervera. A partir de 1317 paso a pertenecer a la Orden de Montesa. El pueblo de Barcella, del que todavía se conserva algún mojón de su deslinde, se cree que desapareció a finales del siglo XIV debido a la gran mortalidad producida por la peste negra. El término municipal quedó añadido al vecino de Chert.