Se sitúa a 5’7 km al Noreste del pueblo y a 650 m del mar, muy cercana a la fábrica de cemento. Se accede hasta ella, incluso con vehículo, por un camino que comienza en la antigua carretera nacional N-340, llamado c/del Castillo. Queda en el interior de una parcela vallada, pero es perfectamente visible desde el exterior. Mantiene contacto visual con la Torre de Calvo, situada 330 m al Noroeste.
Su aspecto es muy curioso, pues se le añadió un edificio con aspecto de torre en su flanco Noreste cuando se transformó en chalet. Las obras no respetaron para nada su valor histórico. Tiene un aire algo desolador. Se conoce que es utilizada a intervalos entre largos periodos de tiempo. En el momento de nuestra visita (marzo 2023) debió coincidir con uno de esos momentos pues todo parecía yermo y desvencijado.

La torre ha sufrido una transformación brutal.
Torre de planta rectangular (5’5 x 4 m) con tres pisos y fábrica de mampostería con sillares en sus esquinas. Su entrada original es la que se encuentra al Sureste, hacia el mar, sobre la que hay un matacán. Quedan más ménsulas en el muro Suroeste que podrían pertenecer a una letrina, puesto que no existen vanos en este lugar. Se le han abierto ventanas y reconstruído su remate, incluídas las almenas. En su interior solo se ha respetado una de las bóvedas de cañón.



Esta torre, que cumplía una doble función de defensa y vigilancia, debió ser construida entre 1570 y 1630, y formaba parte de un conjunto de torres conocidas como Torres de los Alfaques, que fueron construidas en el siglo XVI para la defensa del litoral marítimo comprendido entre San Carlos de la Rápita y Alcanar, y que probablemente fueron construidas como un conjunto fortificado y no como torres aisladas.
Las noticias históricas de esta zona son muy escasas y confusas, pero se cree que alguna de estas torres se podría identificar con la torre de Puigmoltó, construida en 1390 para proteger los caminos del monasterio de Santa María de la Rápita, hoy no localizada o también con la Torre Prima, conocida sólo a través de un antiguo plano, o con la Torre del Montsiá, en paradero desconocido. Pues las torres actuales tienen nombres modernos, generalmente procedentes de sus distintos propietarios.