Torre de Corsavell

 

 

 

Fachada septentrional, frente a la ermita, con numerosas aspilleras.

Se encuentra en lo más intrincado de la sierra, a unos 8’5 km al Oeste de Albañá. Afortunadamente (abril de 2023), la pista está cementada y el lugar de Corsavell con suficientes rótulos indicativos para no perdernos. Podemos encontrar con cierta facilidad la ermita románica de San Miguel, en buen estado, pero los restos de la masía de Corsavell, a escasos metros al Sur, aparecen muy ocultos por la espesura vegetal.

Muy mal estado. Tan solo queda el muro septentrional correspondiente a la fachada y parte de los laterales. El resto se ha venido abajo. Y lo que queda pronto no será más que un montón de escombros, igual que otras edificaciones de la zona, debido al abandono y olvido acostumbrados.

 

 

 

Muro occidental, también con aspilleras.

A pesar de su nombre, se trata de una gran masía fortificada de planta rectangular (6 x 11’5 m). Parece que contó con dos pisos, el superior coronado por una buhardilla cubierta por tejado a dos aguas. El piso inferior tenía una amplia sala con dos arcadas de medio punto que la dividían en tres partes. La puerta presenta un arco rebajado en el interior y de medio punto al exterior y se flanquea por aspilleras. En las paredes Este y Oeste existen otras dos aspilleras. Mientras que el piso superior ha sido muy transformado en época moderna. No obstante en esta planta aparecen hasta 10 aspilleras.

Aparece nombrado es te lugar por primera vez en un diploma carolingio del año 878 (Curçabel). En 1347, Bernat de Corsavell era el señor del lugar. En 1361 vuelve a ser nombrado en nuevos documentos. En 1370 aparece Guillem de Corsavell como señor de Corsavell.

Muro oriental.

 

 

 

 

Interior derrumbado.