Torre de Can Llátzer

Se encuentra muy cercana a la rotonda que forma el cruce con las carreteras EI-200 Y EI-631, unas decenas de metros al Oeste, por un caminillo sin asfaltar. Entre el habitual laberinto ibicenco de caminos, pistas, senderos, huertos y casas. Está en el interior de una parcela privada con una casa habitada todavía, pero la torre permanece exenta y sin uso.

En buen estado, aunque adolece de cierto abandono.

Torre de planta circular y forma cilíndrica, con unos 7 m de diámetro y base ataludada. Su aparejo es de piedras colocadas en espiga (opus spicatum) pero el talud es de mampostería normal. Esto es difícil distinguir puesto que está enlucida y pintada con almagre, que le da un color rojizo. Parece ser que en el pasado esto era el recubrimiento acostumbrado entre las torres ibicencas, no encaladas como ahora. Conserva sus dos plantas cubiertas con bóvedas apuntadas. El parapeto de la terraza ha sido algo rebajado. La puerta original se sitúa en la planta baja, ensanchada hace algunos años. No obstante, se conserva la hoja de madera original. En el piso superior hay otra puerta, tosca, abierta en el siglo XIX para utilizar esta planta como almacén agrícola. Para llegar a ella se construyó una escalera de piedra adosada al muro de la torre. Las dos plantas se comunican por una trapa cuadrangular, actualmente tapiada. Conserva una tronera del siglo XVI.