Torre de Ainzón

La torre de Ainzón se encuentra en pleno casco urbano, en el interior de una manzana de casas que la ocultaban por completo, pero el derribo reciente de unas casas de la c/Manzano la ha puesto al descubierto, aunque parcialmente.

De la torre tan solo queda su base y tan solo ha quedado libre su esquina septentrional. El resto sigue integrado en las viviendas contiguas.

Con fábrica de grandes sillares, se puede distinguir la torre del resto de construcciones modernas.

La torre está situada a la izquierda de lo que fuera palacio de los abades de Veruela, señores de la localidad, el cual está actualmente dividido en dos partes, privada la adosada a la Casa Consistorial donde se encontraba la gran puerta de acceso al edificio, y la contigua que es municipal. Esta torre podría haber sido similar a la torre de los abades de Veruela del cercano pueblo de Bulbuente (7 km), y que como aquella, se encontraba también anexa al palacio que los abades tenían en Ainzón, desaparecido actualmente.

No se distingue si es de planta cuadrada o rectangular, pero sí su fábrica de grandes sillares posiblemente romanos. Conserva un vano con arco apuntado de ladrillo del siglo XIV, que parece pequeño pero es que tiene tapiado su umbral y que podría ser su entrada. Los muros son de gran espesor, que va decreciendo conforme ganamos altura.

Formaba parte de las fortificaciones del valle del río Huecha que resultaron fundamentales en la defensa de la frontera del Reino de Aragón en las luchas con Castilla. Este torreón, junto con la localidad, pasó a manos del monasterio de Veruela en el siglo XII. Los monjes construyeron un palacio en torno a él.  Cuando la localidad dejó de ser propiedad de los monjes, el torreón fue poco a poco rodeado de viviendas hasta quedar oculto en su totalidad.