Al Este de la población, junto a la carretera de Barx.
Tras su abandono en 1835, el monasterio, que aún funcionaba como señorío, fue vendido a particulares comenzando su expolio y destrucción. La mayoría de sus edificios fueron derribados y vendidos como material de construcción. El claustro gótico de mármol del Palacio Abacial que se encontraba en una mansión de Torrelodones (Madrid), ha sido devuelto recientemente. Otras piezas pasaron a parroquias de la comarca y los fondos de la biblioteca se dispersaron siguiendo los pasos de los monjes exclaustrados. A partir de 1991 fue adquirido por la Generalitat, comenzando un proceso de restauración. Durante nuestra última visita en 2016, las obras seguían pero, a excepción de la Puerta Real y de la iglesia, todo lo demás no son más que ruinas y los patios, actualmente, están convertidos en campos de naranjos.
Puerta Real o Portal Nuevo: Situada al Oeste del cenobio, hacia la parte del pueblo. Presenta arco apuntado con fábrica de sillería, flanqueado por dos torres salientes de planta cuadrada y remate almenado. En la parte superior del arco existen tres escudos, el del centro con las cuatro barras de Aragón y los otros dos con las armas del abad Arnau de Saranyó. La puerta da acceso a un atrio con bóveda de crucería. Las almenas rectangulares originales del siglo XVI, fueron sustituídas en el XVIII por remates con forma de flor de lis. El portal fue construido en el siglo XIV por el abad Saranyó y restaurado en el XVIII por el abad Félix Garix. Contaba con foso y puente levadizo. Esta puerta solo se abría en ocasiones especiales, con la llegada de monarcas y personalidades. Para el uso de los habitantes del pueblo se usaba la pequeña puerta que se encuentra en una de las torres.
El conjunto monacal ocupa una extensión de 60.000 m2 y está rodeado por dos lienzos de murallas de distinta época. A continuación reseñaremos sus partes destacando en ellas sus elementos defensivos.
Portal Nuevo visto desde el interior del recinto monacal. A su izquierda aparece la capilla de Gracia, del siglo XVIII.
Exterior e interior de la Puerta de la Xara. Recibe este nombre porque se abría al camino de este desaparecido enclave musulmán.
Puerta de la Xara: Situada en el muro Sur. Se trata de una pequeña puerta gótica que daba acceso a personas de menor rango y categoría. Era utilizada por los monjes para dar comida a los necesitados. También contaba con foso y puente levadizo.
Muralla de clausura, en su zona Este.
Murallas de Clausura: Levantadas en el siglo XIV rodeando el recinto monacal. Cuentan con almenas. Fueron alzadas para prevenir las algaradas moriscas del valle y como protección ante los ataques de piratas berberiscos.
Aquí aparecen dos aspilleras cegadas.
Murallas Exteriores: Se amplió el recinto monacal en el siglo XVI construyendo nuevas murallas de menor altura. Éstas, parten de ambos lados de la Puerta Real, rodeando todo el cenobio.
Obra Nueva: Edificio de grandes proporciones que contenía el refectorio de los legos y la bodega o almacén. En la planta primera estaba el dormitorio. Es construcción del siglo XVIII.
Dos de las diversas aspilleras que se abren en los muros de la Obra Nueva.
Refectorio: Era el comedor de los monjes, con púlpito para leer pasajes de la Biblia. Del siglo XV, se encuentra almenado.
Sala Capitular: Construída en el siglo XV por el abad Roderic de Borja. Era el lugar donde se reunían los monjes presididos por el abad para leer los capítulos de la Orden e imponer justicia. Se encuentra coronada por almenas.
Iglesia de Santa María: La primitiva iglesia se levantó en el siglo XIV, pero fue destruída en 1396 por un terremoto. En el siglo siguiente se levantó otra en el mismo sitio, fortificándola con una torre almenada de sillería en cada una de sus cuatro esquinas, pero en 1644 otro terremoto volvió a destruirla. La actual fue levantada entre los años 1648 y 1697, al principio en estilo renacentista y después, barroca. Conserva tres de aquellas torres, en una de las cuales se alza el campanario. Tiene planta de cruz latina, con atrio, seis capillas laterales, crucero y presbiterio, donde se situaba el coro. Envolviendo la cabecera se encuentra la sacristía y el trasagrario.
Conjunto defensivo de la iglesia.
Dos imágenes de la torre Oeste.
Torre de la esquina Norte.
Fue fundado en 1298 por Jaime II, el Justo, el cual cedió al abad de Santes Creus (Monasterio de Santa María de las Santas Cruces), Boronat de Vilaseca, todas las tierras que hoy llamamos Valldigna, para la construcción de un monasterio de la Orden del Cister. Jaime II cedió las tierras diciendo “Una vall digna per a un monasteri de la vostra religió“. A lo que el abad contestó “Señor, vall digna”. El monasterio fue construido sobre una aldea morisca llamada Benizuel. Poco a poco, fueron ampliándose las dependencias, pero fue durante el gobierno del abad Arnau de Saranyó cuando creció espectacularmente, construyéndose la armería, los aposentos abaciales y la Puerta Nueva o Real. La iglesia fue destruída dos veces durante los terremotos de 1396 y 1644. Fue gobernado por abades perpetuos que desempeñaban el cargo hasta su muerte. A partir de 1460 por abades comendatarios, que ni siquiera aparecían por estas tierras. Más tarde, por abades trienales, y después de 1617, por abades cuatrienales. En 1521, durante las Germanías, fue saqueado, y a lo largo de ese siglo, fortificado. En 1810, las Cortes de Cádiz derogaron sus privilegios. Durante la Guerra de la Independencia se convirtió en hospital y José Bonaparte suprimió la comunidad de religiosos, restablecida en 1814 por Fernando VII. Pero en 1835, a causa de la Desamortización de Mendizábal, fue suprimida definitivamente y el monasterio abandonado. Después de décadas de expolios y rapiñas, en estos momentos intenta recuperarse de su pasada grandeza.