En el casco urbano, pero prácticamente están desaparecidas.
Contaban con cuatro puertas: el Portal del Horno, al Oeste; el Portal de Mosen Miguel o del Collado, al Norte; el Portal de la Iglesia, al Este; y el Portal de San Roque, al Sur. Este último es el único que se conserva en pie. Facilitaba el acceso al pueblo desde el camino de Benasal.


Portal de San Roque.
Origen ibérico. Villafranca fue fundada por Blasco de Alagón de nueva planta, franca y libre, dándole carta-puebla el 7 de julio de 1239. En 1303 fue incorporada a Morella, lo que provocó una rebelión de sus habitantes. Pedro IV el Ceremonioso la condujo a la independencia en 1358 y le dió licencia para levantar sus propias murallas, pero once años más tarde, el mismo rey anuló tales privilegios, volviendo a la jurisdicción morellana. Villafranca participó activamente entre las guerras entre Juan II y el príncipe de Viana, y también en las Germanías. En 1691, Carlos II le concedió la independencia de Morella definitivamente y le concedió el título de Villa Real. Defendió la causa austracista en la Guerra de Sucesión, aunque uno de los más reputados guerrilleros tradicionalistas fuera natural de Villafranca, “El Serrador”. En la primera guerra carlista se declaró liberal, pero fue tomada por Cabrera en 1834 por sorpresa. Luego la volvieron a tomar los liberales, pero se vieron obligados a abandonarla ante el acoso carlista. Las murallas fueron irreversiblemente dañadas durante estos ataques, acabando por desaparecer con el crecimiento urbano. En 1875, tuvo lugar la derrota de los carlistas al mando de Cucala, Dorregaray y Villacaín, quien murió en el asalto, ante las fuerzas liberales de Jovellar y Villaviciosa, derrota que dejó libre de carlistas las zonas Centro y Levante.