Murallas de Segovia

Las murallas segovianas han quedado eclipsadas por otros monumentos más famosos, como el alcázar o el acueducto. Rodean el casco viejo de Segovia. Discurren partiendo desde el alcázar por el Norte, por el Paseo de Santo Domingo de Guzmán y la c/ San Juan hasta llegar a la zona del acueducto. Luego continúan por la c/Cervantes, c/Arturo Merino, c/San Millán, Paseo del Salón y c/Leopoldo Moreno, para finalizar otra vez en el alcázar.

El recinto se conserva prácticamente en la totalidad de su perímetro, y muestra una gran variedad constructiva, fruto de actuaciones y en ocasiones de restauraciones más o menos afortunadas.

Dos imágenes del lienzo Norte, con algunos de sus cubos. Todo este largo sector está bastante oculto por la vegetación arbórea.

 

 

 

Puerta de la Claustra.

Entre la villa y el alcázar se situaba el barrio de los canónigos (la canonjía), cerrado por murallas y que, junto a la catedral vieja, constituían una verdadera fortaleza enfrentada al alcázar. El barrio de las Canonjías, antiguamente denominado Claustra, recibe su nombre de los canónigos que lo habitaron hasta la destrucción de la catedral de Santa María a consecuencia de la guerra de las Comunidades en 1521. En su interior los canónigos seguían vida regular, aislándose del resto de la ciudad mediante tres puertas, de las cuales una subsiste (puerta de la Claustra), habiéndose destruido las otras dos con motivo de la boda de Felipe II con Ana de Austria para dar cabida al cortejo real que se dirigía al Alcázar.

Parece que la muralla fue levantada entre los siglos XI y XII, apoyándose sobre los afloramientos de la roca madre de la peña. Tiene una longitud de 2.250 m., con una altura media de 9’5 m y un espesor de 3 m. Dispuso de 86 torres y cinco puertas principales. Hay otros autores que indican 92 torres. Lo cierto es, que en la actualidad, el número de torres ronda las 60. Su fábrica es la mampostería caliza con grandes sillares de granito (emplectum). En realidad se ha utilizado cualquier tipo de material pétreo para levantar y reforzar la muralla, comenzando por las piedras de todos los edificios romanos, para terminar por los ladrillos. La muralla comienza en el lado Norte del Alcázar, donde ya hubo un desaparecido postigo (Postigo del Parque), que daba paso a un camino que descendía hacia el río Eresma. En 1993 se construyó un contrafuerte en la base de la muralla Norte para evitar posibles movimientos de tierra.

Variedad de obra en los cubos existentes en el tramo que va desde el Alcázar hasta la Puerta de Santiago. En 1998 se desplomó el cubo de la izquierda, cayendo sobre el Paseo de San Juan de la cruz. Fue reconstruido, como se aprecia claramente.

Puerta de Santiago: Está situada frente al barranco del Eresma. El torreón que la forma está almenado y bajo él se abre el pasadizo, con cinco arcos de medio punto y peraltados, en ladrillo. No se sitúa paralela a la muralla sino formando un pequeño recodo. La muralla aprovecha sillares romanos para las esquinas y partes bajas (existen lápidas claramente legibles) y el resto es sillarejo, todo asentado en granito natural. La fachada interior fue modificada en el siglo XVI, presentando un buen almohadillado de sillería muy decorativa. Exteriormente solo tiene dos ventanas y una imposta horizontal que la divide en dos sectores. Está habitada aprovechando la sala espaciosa que forma su primer piso. Desde esta puerta hasta la de San Cebrián, hubo otro portillo desaparecido (Postigo de la Fuente Cercada).

 

 

 

Otro de los cubos del sector Norte.

Puerta de San Cebrián, situada a 17 cubos de distancia de la anterior. Se cree que en origen sería una puerta mudéjar que se apoyaba sobre el espigón y se reforzaba con sillares. Desgraciadamente la puerta fue revocada y sobre la fábrica anterior se situó en 1580 una cruz de piedra.

Exterior e interior de la Puerta de San Cebrián, parcialmente cubierta por los árboles. Está abierta al tráfico rodado y el paso de vehículos por su arco es constante.

 

 

 

Parte del lienzo Norte.

Luego viene un portillo junto a la iglesia de San Juan de los Caballeros llamado Postigo de San Juan. Se trata de un pequeño arco de medio punto de ladrillo que da paso a unas empinadas escaleras. En una de sus jambas se halla incrustada una lápida romana.

Exterior e interior del portillo, y detalle de la lápida romana.

La siguiente puerta sería la de San Juan. Destruida a fines del siglo XIX, era uno de los principales puntos defensivos, junto a la de San Martín del recinto amurallado al ser la zona de más fácil acceso a la ciudad. Esta puerta se apoyaba sobre dos casas fuertes: la Casa de los Cáceres y la Casa de Segovia. Su papel incluía el control de paso y el pago de impuestos y portazgos. Su papel preponderante lo demuestra que allí se hallaba el Tribunal del Santo Oficio, y que en ella se refugió Andrés de Cabrera en 1507, y en 1520 sirvió de base a los Comuneros.

 

 

Lugar actual donde estuvo la puerta, entre las casas de las Cadenas o de los Segovia  y la de los Marqueses de Lozoya o de los Cáceres.

Entre los edificios modernos, dos de los cubos de la cerca, ya muy cerca del acueducto.

 

 

 

Lienzo situado en la parte Este, muy cerca del acueducto.

 

 

 

 

Postigo del Consuelo. Se sitúa junto al mismo acueducto, cuyas piedras se observan a la derecha.

 

 

 

Lienzo que continúa desde el anterior postigo hacia la Puerta de San Martín.

Puerta de San Martín: derribada a mediados del siglo XIX, de ella sólo se conservan los Escudos que la decoraban. «Los dos arcos sucesivos de la antigua puerta de San Martín y sin las robustas hojas que cierran todavía el uno y el otro, casi no pudiera decirse donde principia ésta y termina aquel». (1863) Está puerta se hallaba en la actual calle Real junto a la Casa de los Picos, dando acceso a una de las zonas principales de la ciudad. Esta zona de San Martín seguramente sería el foro romano de la ciudad y uno de los principales espacios en época medieval. La presencia de los verracos de piedra encontrados aquí seguramente estaría unida a su situación en el acceso principal de la ciudad desde el acueducto.

Fotografía antigua de la Puerta de San Martín, adosada a la célebre Casa de los Picos.

Tras un largo tramo oculto o desaparecido por viviendas modernas, la muralla vuelve a surgir a la vista con este cubo y un largo lienzo en las proximidades de la calle de San Millán.

 

 

 

Puerta de la Luna. Reconstruida. Situada en el Paseo del Salón.

Zona del Paseo del Salón, donde incomprensiblemente, varias viviendas de reciente construcción han utilizado los cubos de la muralla como apoyos.

 

 

 

 

 

 

Puerta del Sol, también reconstruida. Y algunos de los cubos situados en la Bajada del Salón.

Variadísima fábrica presentan los cubos de la calle Leopoldo Moreno.

Puerta de San Andrés: Sita en la judería, cercana a la catedral, se trata, sin lugar a dudas, de la mayor y más majestuosa de las puertas de la muralla. Consta de un torreón dodecagonal unido mediante unos arcos a otra torre rectangular. Está construída en piedra sobre ladrillo y sillarejo. La torre dodecagonal consta de dos cuerpos separados por una fina moldura de piedra, más un zócalo de grandes sillares. En cada dos frentes hay una saetera y está coronada por almenas. Los arcos de la puerta alternan entre medio punto y de herradura rectificada. Tuvo la puerta rastrillo y dos puertas de madera. Recientemente ha sido reconstruida en parte. Alberga el Espacio Informativo de la Muralla, el cual cuenta, a través de paneles explicativos el funcionamiento de cierre de la puerta de rastrillo así como los diferentes tramos de la muralla que puede apreciarse casi al completo. Pueden ser visitados tanto el cuerpo de guardia como el adarve (unos 300 m. practicables).

 

 

Lápida romana incrustada en un paramento cercano a la puerta

En la calle Leopoldo Moreno existen estas dos curiosas letrinas. En 1999, en este sector, se desprendieron varias piedras de la muralla.

Ejemplar lienzo de la cerca. Este tramo comprende desde la Puerta de San Andrés hasta la Casa del Sol, antigua fortificación a modo de bastión sobre el valle del Clamores.

En el pasado se creía que la fundación de Segovia fue obra del mismísimo Hércules. En una intervención arqueológica en la iglesia de San Nicolás se encontraron restos de viviendas de la Edad del Hierro, semirupestres, similares a las de otros asentamientos arévacos. Es pues, Segovia, posiblemente de fundación celtíbera. Fue luego una importante ciudad romana que alcanzó su máximo esplendor en torno el siglo I. Los restos más antiguos del recinto amurallado se remontan a época romana, sirviendo hoy como apoyatura a la muralla medieval. Estos restos se aprecian a lo largo de determinados tramos del recinto por medio basamentos de granito como los que se conservan en el nivel inicial del Alcázar y de tramos como el de San Andrés. En todos los casos se trata de grandes sillares de granito de opus quadratum. Se estima, con fundamento, aunque sin confirmación arqueológica, que en su origen, Segovia tuvo tres puntos fortificados, uno en la parte Norte, otro sobre lo que luego fue la Puerta de San Juan, y la tercera, en el lugar en que hoy se alza el alcázar. Estaban situados de manera que protegían el núcleo central de la ciudad, donde hoy se levanta la catedral. Se creó el obispado de Segovia en el año 527. Los musulmanes fueron los que alzaron la muralla que rodea la ciudad, seguramente en el siglo X, cuando Almanzor creó un sistema de ciudades fortificadas. Musulmanes quedan los cubos zarpados de la puerta de San Andrés, donde hay algunas lápidas sepulcrales romanas reaprovechadas. Posiblemente Segovia se reconquistó en torno a 1070. Ya en poder cristiano, es atacada en 1070 por el rey Almamún ben Ismail de Toledo, quién asalta y saquea la ciudad. Incluso destruyó varios arcos del acueducto que no fue reconstruído hasta el siglo XV por orden de los Reyes católicos. Alfonso VI reconstruyó la cerca aprovechando los sillares del derribado acueducto, así como los de todas las edificaciones romanas que todavía estaban en pie (entre 1088 y 1122). Hacia 1140 se comenzó la construcción de la catedral románica, justo delante del alcázar, con un campanario tan alto y fuerte que llegó  a ser una seria amenaza a la integridad del alcázar. Incluso contó con alcaide propio, dependiente del alcázar. Además la catedral contó con un barrio propio (la Canonjía), con jurisdicción propia y aislada del resto de la ciudad por una muralla con cuatro puertas, de las que queda solo una (Puerta de la Claustra). La muralla sufrió fuertes reparaciones en los siglos XV y XVI debido a su avanzado deterioro.

Cubos del sector Sur, antes de llegar a la Casa del Sol.

 

 

 

Casa del Sol, actual Museo de Segovia.

Diversas imágenes del sector de la muralla comprendido entre la Casa del Sol y el alcázar. También se encuentra algo oculto por la vegetación.