Murallas de San Mateo

Rodeando la villa. Discurrían por las actuales calles del Maestrazgo, Ildefonso Aleu, Plaza del Labrador, Beato Jacinto, San Isidro, para continuar junto al río hasta llegar a la calle del Maestrazgo de nuevo.

Mal estado. El mejor tramo, restaurado en 1996, se sitúa a orillas del río Palacio. El resto fue derribado en su totalidad, así como todos sus portales. A pesar de ello, es muy posible que entre las casas queden muros ocultos.

Lienzo recayente al cauce del río Palacio.

La muralla era de mampostería, de grosor variable según zonas y con una altura media de 6 metros incluidas las almenas. El perímetro total era de 1.600 metros. Tenía ocho portales o puertas de acceso a la población. De algunos de ellos todavía se observan vestigios o restos de sus torres defensivas. Estos portales eran el de Barcelona, que hasta 1918 conservaba el arco adovelado de acceso, el de Santo Domingo, el del Boveral, el de la Bedella, el de Valencia, el de Albocácer, el de Morella y el de Chert. El tramo de muralla que recae sobre el margen derecho del río del Palacio entre los puentes de Santo Domingo y el del portal de Chert es el único que se conserva. La conservación puede ser debida a los huertos posteriores de las casas de la calle Historiador Betí, a los cuales servía de muro de contención. Este tramo, de 260 metros fue restaurado en 1996.

 

 

Lugar donde estuvo el Portal de Barcelona, derribado en 1918. Tuvo puente levadizo.

 

 

 

Lienzo situado en el río, a partir del Portal de Santo Domingo.

 

 

 

Aquí estuvo el Portal de Santo Domingo, comienzo del camino de Peñíscola.

 

 

 

Tras derribar unas casas en la parte trasera de la iglesia, apareció este lienzo, utilizado como medianera por las viviendas modernas.

En documentos de 1237 y 1300 del Llibre de Privilegis de la Vila ya aparecen las primeras noticias sobre murallas cuando se habla de la alcazaba y del derribo de casas en la parte vieja para la construcción del muro de la zuda. Durante el dominio de la Orden del Hospital, de 1237 a 1306, se transformó urbanísticamente la ciudad derribando gran número de casas y trazando las nuevas calles de forma ortoédrica, pero sin derribar la muralla musulmana. El hipotético perímetro  de esta muralla discurría por las calles de la Fira, Catxano, Bonaire y San Francisco. Las obras de la muralla actual se llevaron a cabo bajo el dominio del tercer gran maestre Pedro de Thous. Se iniciaron en 1357 y acabaron en 1372. 

 

 

 

Muro de la cerca utilizado como valla del convento. Todavía mantiene aspilleras.

 

 

 

El mismo muro en el extremo meridional del recinto, en la Plaza del Labrador.

 

 

 

Lugar donde estuvo el Portal de Valencia.

Después de la victoria de las tropas borbónicas en la batalla de Almansa, San Mateo cayó en manos de las tropas de Felipe V. Una de las primeras normas de los nuevos gobernantes fue el derribo de las murallas de las poblaciones que se les habían resistido. En consecuencia, las maltrechas murallas de San Mateo fueron derribadas de forma progresiva a partir de este momento. Los tramos de murallas que se mantienen en pie en un plano de 1773 son los que van desde el portal de Valencia hasta el portal de Santo Domingo pasando por los portales de la Bedella y del Boveral (500 m.), el fragmento comprendido entre el portal de Chert hasta un poco más abajo del portal de Albocácer (450 m) y el muro del río Palacio entre el portal de Chert y el de Santo Domingo pasando por el portal  de Barcelona a pesar de que este tramo no aparece en el plano. En 1773, de los 8 portales principales solo quedaban seis: el de la Bedella, San Bernardo o del Boveral, Santo Domingo, Barcelona, Morella y Albocácer. No aparecen los portales de Chert y Valencia. El único resto de este último portal, la torre, fue derruido en 1798 para reaprovechar sus materiales para la construcción del puente de la Coma. 

 

 

 

 

Lienzo ubicado en la c/Ildefonso Aleu.

Los franceses ocuparon San Mateo desde septiembre de 1810 hasta julio de 1813. Su cuartel general estaba situado en el convento de los dominicos al que convirtieron en un auténtico fuerte, rehaciendo algunos tramos de muralla, siendo esta actuación muy destructiva para el convento. El conflicto entre carlistas y liberales de 1835 a 1839 fue muy ruinoso para San Mateo. Los hechos más importantes de la guerra carlista relacionados con la villa de San Mateo son los siguientes: En 1835, tropas carlistas son rodeadas en la población por las tropas isabelinas del coronel Decreff. En 1836, incursión de la partida carlista de Serrador que ocupa brevemente la población. En 1837, ataque de Serrador que culmina con la toma de San Mateo por parte de Cabrera y Forcadell. En  mayo de 1839, las tropas isabelinas al mando del general O’ Donnell recuperaron San Mateo. El conflicto carlista provocó en un primer momento la recuperación de algunos tramos de muralla desaparecidos o maltrechos. Pero el final de la guerra carlista representó la desaparición de gran parte de los fragmentos de muralla conservados hasta el momento. Algunos tramos sirvieron de paredes de viviendas, otros sectores fueron derribados para ganar espacio edificable y las ruinas fueron aprovechadas para levantar nuevos barrios. Las torres cuadradas que flanqueaban los portales se convirtieron con el paso del tiempo en perfectas casas con abundantes sillares angulares.

 

 

 

Torre de Cantacorps. Defendía el Portal de Morella.

 

 

 

En los bajos de esta casa, al otro lado de la calle, aparecen antiguos sillares del Portal de Morella.

 

 

 

Lugar donde se abría el Portal de Chert.