Torre de la Abadía. Este es el cubo o torre de mayor altura, de todos los conservados en la cerca. En 2011 presentaba una peligrosa grieta vertical en dos de sus lados, que hacían inclinarse uno de sus flancos hacia fuera con el riesgo de derrumbe que conllevaba. En nuestra visita de 2021, estos problemas se habían corregido, pero la inclinación de dicho flanco continuaba.
Se localiza en el casco urbano. El lienzo conservado está en la parte alta, al Norte, cerca de la carretera. Ha sido restaurado en parte recientemente.
Esta torre se construyó abierta hacia el interior del recinto. Cuenta con cuatro plantas comunicadas por escalas de madera. Se penetraba en ella a través del adarve de la muralla por el segundo piso. En el siglo XV se cerró con el muro que le faltaba para convertirla en vivienda. Tras las guerras carlistas se constituyó en casa Abadía, y para ello se cambiaron los forjados medievales y se cubrió la terraza con un tejado a un agua para convertirla en palomar.
La inclinación continúa a pesar de su restauración.
Murallas musulmanas de planta más o menos redondeada, adaptadas a la ladera donde se sitúa el pueblo. Contaba con cuatro puertas de las que no queda ni rastro. La última, el Portal de los Moros, con arco de medio punto, se derribó en 1955. De la muralla solo se conserva un tramo de unos doscientos metros, con cinco cubos rectangulares. Excepto uno, situado al Este, todos han perdido mucha altura. Se han construído casas entre ellos y abierto puertas y ventanas en dicho lienzo. Su fábrica es la mampostería con sillares de refuerzo en las esquinas. Tanto los lienzos como las torres presentan una gran homogeneidad constructiva, por lo que se levantaron al mismo tiempo. Cada cubo tiene dos saeteras frontales, y algunos, también en las caras laterales. Incluso hay algunas en los lienzos.
Lugar donde estuvo uno de los portales, junto a la ermita de la Esperanza.
Fotografía de 2011.
El mismo sector en 2021, tras la restauración. Se han recrecido y se ha construído un extraño zócalo en su base.
Posible origen visigodo, aunque es más probable que sea musulmán. Fue conquistado en 1240 por Blasco de Alagón, y donado por Jaime I a la Orden del Temple. Hay autores que afirman que el pueblo fue fortificado por los musulmanes, otros que fue Jaime I, e incluso algunos dicen que fueron los templarios. A la disolución del Temple en 1312 pasó a ser aldea de Morella, propiedad de la Corona de Aragón. Durante las Germanías, Portell fue partidario de los agermanados, por lo que sufrió dura represión tras la derrota. Carlos II, el Hechizado, en 1691, le concedió la independencia municipal y la categoría de Villa. Durante las guerras carlistas, las murallas fueron recrecidas con materiales de poca calidad. Tras las luchas se abandonaron, recuperando materiales o transformándolas.
Justo en el lugar más representativo de la muralla se abrió en el siglo XX la puerta para la plaza de toros, ubicada en su interior. En 2011 se había colocado un “discreto” cartel para anunciar unas obras menores.
El mismo lugar en 2021, sin cartel y con el zócalo.
Parte interior de uno de los cubos.
Lienzo que desciende hacia la parte baja del pueblo.