Vista meridional de Peñíscola.
Rodeando la población y todo el tómbolo rocoso, cortando el istmo y formando una de las fortalezas más sólidas, inexpugnables y espectaculares de España. Gracias a su estratégico emplazamiento con abundancia de manantiales de agua dulce.
Muy bueno. Están prácticamente completas.
A la izquierda, muro de la Batería Alta del Olvido. A la derecha, el Mirador de Pilatos. Entre los dos, en el rincón, apenas perceptible, el Portal Fosch.
Murallas compuestas por lienzos levantados en diferentes siglos, sobre todo de finales del siglo XIV y principios del XV. En el sector Oeste, que enfrenta a tierra, son obra del XVI. Incluso algunos tramos se creen romanos. Cubren una superficie de 5 Ha. englobando unas 500 casas. La parte más antigua corresponde al sector que va desde la Batería de Santa Ana hasta el Fortín del Bonete, antaño batida por el mar y hoy protegida por el espigón del puerto. Conserva algunos torreones cuadrados. La zona Este, donde los acantilados rocosos son muy elevados, las defensas son más débiles ya que no son tan necesarias. Las murallas del Oeste son las más modernas e interesantes. Fueron levantadas en 1578 durante el reinado de Felipe II, por el ingeniero militar Juan Bautista Antonelli. Deben su monumentalidad al hecho de proteger el frente de tierra, el de más peligro. Están preparadas para el fuego artillero, para darlo y para recibirlo. En la Batería de San Fernando aparece la única casamata del conjunto. El llamado Parque de Artillería es un ingenioso conjunto fuerte y seguro que conserva restos de almacenes, polvorines, baterías protegidas y galerías abovedadas. Hubo un proyecto en 1730, no realizado, consistente en cortar el istmo con un foso levantando una barrera.
A la izquierda, Baluarte del Calvario. Y a la derecha, la Batería Baja del Olvido.
Bóvedas del Baluarte del Calvario, con forma de casamata. Albergaban arsenales y polvorines. Siglos más tarde, entre 1912 y 1971, sirvieron de escuela.
En primer término, Baluarte de Santiago. Y más alto, como se aprecia en el cordón, el Baluarte del Calvario.
Baluarte de Santiago.
Parte superior del Baluarte de Santiago.
Al fondo, Batería de los Fosos. En primer término, Baluarte de Santiago.
Batería de los Fosos y la Porteta, resto del antiguo puerto medieval.
En primer término Batería de San Fernando. A lo lejos, la Batería Alta del Maset.
Soberbio el Baluarte de Santiago. A la izquierda el Baluarte de los Fosos. Entre los dos, en el rincón, está la Puerta del Socorro.
Puerta del Socorro.
Polvorín, subterráneos y obras varias pertenecientes al Parque de Artillería.
Impresionante aspecto de las murallas abaluartadas del frente Oeste. A la izquierda se ve el Portal Fosch. En medio, con el garitón, el Mirador de Pilatos. Y a la derecha, el Portal y la Batería de Santa María, con sus múltiples cañoneras.
Exterior e interior del Portal Fosch o de Felipe II. Es la puerta principal de la ciudad, construída al mismo tiempo que las murallas (1578). Es atribuída a Juan de Herrera, a petición del propio Antonelli, para resolver el problema de la bóveda en ángulo de 90 grados. Fue el único acceso por tierra hasta el siglo XVIII. Sobre él se halla el escudo de Felipe II y una inscripción de 1578 en honor al rey y al gobernador de la ciudad, Vespasiano Gonzaga.
Detalle del forro metálico de la puerta.
Exterior e interior del Portal de Santa María o de les Escaseres. Fue abierta por mandato de Fernando VI en 1754 y tapiada en 1809 ante la amenaza del ataque francés. Tiene la siguiente inscripción:
PUERTA DE SANTA MARÍA FUE ABIERTA REINANDO D.FERNANDO VI MONARCA ESPAÑOL INVICTO
AÑO 1754
Portal del Papa Luna o de San Pedro. Construído en 1414 por mandato de Benedicto XIII. Muestra el blasón de Pedro de Luna. Era el acceso a la ciudad por mar antes de la construcción del actual puerto.
Por sus extraordinarias condiciones naturales (prácticamente una isla inexpugnable con abundantes manantiales de agua dulce, ha sido ocupada por todos los pueblos llegados a la península (íberos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, árabes). Numerosos autores de la antigüedad hablan de ella. Se cree que Peñíscola es el Promontorio Tenebrio de Ptolomeo, la Cherronesos de Estrabón y Cassa Cherroneso de Avieno. A pesar de ello no se sabe con certeza el momento de su fundación. Peñíscola fue conquistada en el año 718 por los árabes al mando de Tarik, quedando englobada en el distrito de Morbeter (Sagunt). En 1147 el conde Ramón Berenguer IV la cedía, antes de su conquista, al senescal de Cataluña, Guillem Ramón de Montcada. Más tarde, en 1225, un joven Jaime I (17 años) la asedió sin éxito, pero en 1233, después de rendir el castillo de Burriana, Peñíscola se rindió sin lucha. Jaime I respetó las leyes y costumbres de la población musulmana que continuó viviendo en ella. El rey de Valencia Zaén envió en 1238 a los moros de Túnez para atacar la península, pero fracasaron. Peñíscola quedó incorporada a la Corona y el rey se la otorgó a su esposa Violante en testamento en 1242. Tras la sublevación morisca de 1248, fueron estos expulsados de la ciudad. Al año siguiente, Jaime I la donó a Guillem de Montcada durante tres años, después de los cuales volvió a la Corona. En 1294 fue cedida por Jaime II a la Orden del Temple a cambio de Tortosa, aunque en 1307 la recuperó por la fuerza tras la disolución del Temple y pasando en 1319 a la Orden de Montesa, recién fundada.
Batería del Bufador.
En 1411, la Orden de Montesa se la cedió a Benedicto XIII (el Papa Luna), el cual fijó en 1415 su residencia en el castillo, convirtiéndolo en sede pontificia. Alfonso V recuperó del Papa Martín V en 1426 la propiedad del castillo, y aunque la Orden de Montesa reclamó derechos sobre Peñíscola, el rey no los reconoció. Ante su insistencia, la reina María se la vendió en 1441 por 150.000 sueldos. Más tarde, Fernando el Católico reconoció el derecho de Montesa, restituyendo su pleno dominio en 1479. Sin embargo, en 1488 declaró nula tal concesión. Durante las Germanías, Peñíscola fue partidaria del emperador, refugiándose aquí el virrey Diego Hurtado de Mendoza y recibiendo por ello el título de Fidelísima en 1521. En la Guerra de Sucesión tomó partido por los Borbones, siendo sitiada por los ingleses partidarios del Archiduque Carlos. Al mando de su defensa estuvo el heroico Sancho de Echevarría, y por ello recibió los títulos de Muy Noble, Muy Leal y Fidelísima Ciudad. Durante la Guerra del Francés, Peñíscola se rindió en 1812 al general Severoli, hombre de Suchet, pero fue recuperada en 1814 por el general Elío tras un terrible bombardeo de 160.000 cañonazos. Durante la Primera Guerra Carlista permaneció fiel a Isabel II rechazando el gobernador liberal Juan Vivas las proposiciones de Cabrera. En 1890 al perder la plaza su interés militar se ordenó la evacuación y traslado de todas las armas y guarnición al Arsenal de Cartagena.
Batería de Santa Ana.
Diversas imágenes de la Batería de Santa María. Debajo, las bóvedas de su interior y, en su parte trasera, la puerta de su nombre.
Batería de la Reina. Muralla medieval en la parte del mar, sobre la roca viva.
Baluarte de Santa María y una de las fuentes de agua dulce que manan de la ciudad.
Mirador de Pilatos.
Primer término de la ciudad. Debajo, las murallas medievales, y encima, el castillo.