Murallas de Liria

Rodeaban la actual Vila Vella o casco viejo, teniendo como centro la alcazaba. Discurría su perímetro alrededor de la loma o Tosal de la Sangre, encerrando la ciudad musulmana o “medina”.

Quedan escasos restos entre las casas, que van saliendo a la luz, lentamente, conforme se van derribando algunas viviendas. A destacar un lienzo con un cubo muy maltrecho en la calle Viriato, y otro cubo con un tramo de cerca en la calle San Juan de Mata.

 

 

 

Cubo situado cerca del lienzo almenado.

 

 

Este es el lienzo mejor conservado de la muralla musulmana, oculto durante siglos entre las casas. Milagrosamente ha conservado las almenas.

Torreón cuadrangular y tramo de muralla recientemente descubierto al derribar unas casas en la calle San Juan de Mata.

El torreón constituye una interesante puerta en recodo. Actualmente se encuentra tapiada la puerta, pero está en espera se ser restaurada y dejarla en su estado original.

Cerca urbana que encerraba a la antigua población islámica, dejando en medio al castillo en la cima de la colina. Básicamente su fábrica es el tapial, aunque ha sufrido reformas en todas las épocas existiendo en la actualidad una gran variedad de materiales. Aunque existen muchos tramos ocultos entre las medieras de las casas, se pueden destacar dos sectores. En la calle Viriato, un largo lienzo con almenas, estrechas y puntiagudas. Y en la calle San Juan de Mata, un enorme cubo-puerta aparecido al derribar una casa. Se tienen localizados entre la estructura urbana seis de estos cubos cuadrangulares y tres puertas.

 

 

 

 

Parte interna del gran cubo.

En diversos puntos, entre las viviendas, se pueden apreciar pequeños tramos de la muralla.

Liria tiene un origen antiquísimo, pues se encontraron restos de un poblado de la Edad del Bronce en el Tosal de San Miguel. Luego fue la importante ciudad de Edeta, capital de la Edetania ibérica, y más tarde, trasladada al llano, se convirtió en una destacada ciudad romana, convertida a partir del siglo I en municipio de derecho latino. Fue ocupada por alanos, visigodos y bizantinos siglos más tarde. En 1088 se tienen las primeras noticias árabes, cuando el emir de Zaragoza, al-Mustain, construyó la fortaleza. En el invierno de 1099, el Cid sitió la ciudad, exigiendo el pago de 2.000 dinares correspondientes a los parias de ese año. Los musulmanes, perfeccionando los riegos y cultivos llevaron a Liria a un gran desarrollo económico y social. En julio de 1238, Jaime I donó la villa  y castillo de Liria al infante Fernando, antes de su conquista. Cosa que debió suceder a finales de ese mismo año. En 1252, Jaime I le entregó carta-puebla. Liria siempre fue Villa Real, mientras las poblaciones de alrededor se convertían en señoríos. Durante las Guerras de la Unión, Liria tomó el partido del rey. En la Guerra de los Dos Pedros, fue conquistada en 1363 por Pedro el Cruel de Castilla, pero cuando al año siguiente, Pedro el Ceremonioso se dirigía hacia ella para tomarla, el gobernador de la plaza, Juan Alfonso de Jérica, se cambió de bando y ofreció la plaza al Ceremonioso a cambio de Cocentaina. Terminada la Guerra de Sucesión, el rey Felipe V, para premiar los servicios del Duque de Berwick, creó el ducado de Liria y se lo concedió. Todavía yace enterrado el Duque en la arciprestal de Liria. Años más tarde fue ocupada Liria por los franceses durante la Guerra de la Independencia. Las tropas de Cabrera saquearon la ciudad en varias ocasiones. 

 

 

 

Fachada del horno medieval. Está formada por un excelente lienzo de la muralla, pero al estar encalado no se puede apreciar.