La ciudad romana se ubica en un cerro alargado en sentido Norte-Sur conocido como el Castro de Santaver, que, a modo de península a causa de las aguas embalsadas, se eleva sobre la margen izquierda del río Guadiela, afluente del Tajo. Se ubica a unos cuatro kilómetros al Noroeste del pueblo. El cerro, de 820 m. de altura, ofrece una excelente posición estratégica, con un destacado control visual sobre su entorno, situándose en sus inmediaciones el tramo de la calzada que unía Segobriga y Segontia, de gran interés pues comunicaba las ambas submesetas.
La zona excavada es una mínima parte de la extensión ocupada por la ciudad, por lo que quedan numerosos restos por salir a la luz. Los trabajos arqueológicos en Ercavica se remontan a 1972, pudiendo destacar entre los edificios y conjuntos excavados, y que actualmente pueden ser visitados, el Foro, localizado en el sector central del yacimiento y excavado en su totalidad, las Termas, un gran edificio de planta cuadrangular localizado en la parte superior de la meseta Sur de la ciudad, y la llamada «Casa del Médico», una interesante vivienda de planta latina cuyo nombre se debe al hallazgo de un conjunto de materiales quirúrgicos y un anillo con el símbolo de los discípulos de Esculapio, así como otras viviendas anejas. Igualmente, puede seguirse el trazado de la muralla, desmontada en algunos de sus tramos.

Reconstrucción hipotética de la muralla.

La ciudad romana estaba rodeada por una larga muralla de 2.700 m. de longitud, con numerosas curvas y requiebros que responden a la forma irregular de la meseta. Encierran una superficie de 15’5 Ha. El muro tiene un grosor medio de dos metros, presentando un paramento exterior construído con grandes bloques de piedra en las hiladas inferiores que van decreciendo en tamaño conforme van ascendiendo las hiladas. Su tipología es la característica de las murallas romanas de época tardorrepublicana.

Restos de la puerta Sur.

Sector de la muralla ubicada junto al foro y excavada al mismo tiempo. Cuenta con una potente torre compuesta por sillares almohadillados ciclópeos.


Ercávica es nombrada por primera vez durante la campaña del 179 a.C. de Tiberio Sempronio Graco por las tierras de Celtiberia. Tito Livio, narra como la célebre y poderosa ciudad de Ercávica, impresionada por los desastres sufridos por otros pueblos del contorno, abrió sus puertas a los romanos. Tito Livio narra que esta rendición no fue sincera y que cuando Graco retiraba sus tropas de una comarca las hostilidades volvían a comenzar. La ciudad de la que habla Tito Livio es la ciudad celtibérica, de la que la ciudad romana tomó el nombre. Mientras la actual ciudad romana de Ercávica se encuentra situada sobre un promontorio en un margen del río Guadiela y sobre el pantano de Buendía, la ciudad celtibérica se situaría a escasos kilómetros pero en el margen contrario del río, hoy inundado por las aguas del pantano. Es a partir del siglo II a. C. cuando la ciudad va adquiriendo el aspecto típicamente romano, con un trazado regular y rodeada en su perímetro por una muralla. Del mismo modo contaba con los edificios tanto públicos como privados propios de una ciudad romana. Será bajo el mandato de Augusto, entre los últimos años del siglo I a. C. y los primeros del I d. C., cuando habría culminado la edificación de la ciudad. Es en el periodo inmediatamente posterior cuando Ercávica adquirió el estatus de municipio, dentro de la provincia Hispania Citerior Tarraconensis. Coincidiendo este periodo con la etapa de mayor plenitud, durante los siglos I y II. Sería a partir del siglo III cuando la ciudad fue sufriendo un lento declive que supuso el definitivo abandono entre los siglos IV y V. Posteriormente, durante la época visigoda, la ciudad fue conocida como Arcávica y se menciona en los Concilios de Toledo como sede episcopal (posteriormente trasladada a Cuenca). Se han hallado restos poco importantes del siglo VII en el flanco Sur, el llamado eremitorio, una necrópolis y un baptisterio. A partir del siglo VIII esta región fue ocupada por bereberes llamándola Santabariya, corrupción de Celtiberia. Además de aparecer como ciudad, aparece como cora, a menudo citada como Santaberia, de donde derivó el topónimo actual de Santaver. La escasa entidad de los restos musulmanes encontrados, hace pensar en la escasa importancia de la ciudad. Con la conquista de Cuenca en 1177 por Alfonso VIII, Santabariya dejó de aparecer en las fuentes escritas. Y ya no se volvió a poblar.


Sector de la muralla situado junto a la entrada actual. Se puede admirar su gran espesor.
Torre Este. Se trata de una torre monumental del recinto, de forma rectangular y 12 m. en su frente exterior. Está construída con sillares aprovechando el desnivel del terreno. Todavía conserva unos 2’5 m. de altura. Por sus características, dimensiones y disposición con respecto a la línea de muralla, se cree que era la torre de flanqueo de una de las puertas. La excavación del interior desveló que poseía una función adicional, pues albergaba unas letrinas públicas (latrinae). Se ha conservado parte del pavimento de losetas romboidales interior.
