Portal de Valderrobres.
Rodeando el casco viejo.
Muy mal estado. Tan solo quedan tres de sus portales, dos de ellos muy transformados al haberlos convertido en capillas, costumbre habitual en la comarca del Matarraña.
La villa estuvo amurallada hasta el siglo pasado, aunque sólo perviven tres de los cinco portales que al parecer poseyó. Éstos están definidos por arcos de medio punto y realizados con buena piedra sillar. El portal situado al Este, Portal de San Juan, fue destruido para levantar la iglesia, que cortó la línea de muralla. El Portal del Pilar, derribado en 1930, se situaba al Norte.
Portal de San Roque: Este es un antiguo portal de la muralla consagrado a San Roque. Como en otros lugares de la comarca, el poder de este santo es invocado como protección contra epidemias y enfermedades, especialmente la peste, que Cretas sufrió a lo largo del siglo XVII y que motivo la construcción de esta capilla y el “hospital” que ocupaba el mismo edificio. Se trataba en realidad de una especie de albergue para necesitados donde acudían los enfermos y los pobres, así como los heridos en tiempo de guerra y que se mantendría en funcionamiento hasta bien entrado el siglo XIX. Cabe resaltar, que hasta 1962, la columna que hoy en día se levanta en la plaza mayor estuvo situada a pocos metros de la capilla de San Roque en el exterior del antiguo recinto amurallado y donde hoy en día podemos contemplar el “monumento a la mujer” levantado en 1996. La puerta en sí se dispone sobre un gran vano abierto en arco de medio punto sobre el que se abre un gran balcón cerrado con grandes puertas de madera. Tiene planta cuadrada y se cubre con cúpula sobre pechinas.
Portal de San Antonio de Padua: Es uno de los portales-capilla más interesantes y representativos de todo el Matarraña. Como sucede en otras localidades, este portal es en realidad un resto de las antiguas murallas que circundaban la población hasta el siglo XVI. A mediados del siglo XVIII se le añadió la función de Capilla, consagrándola en este caso a San Antonio de Padua, una figura muy reverenciada en la zona por su cualidad de patrón de las causas imposibles. La proximidad de la capilla de San Antonio con la Casa Turull (a pocos metros en la calle San Antonio) puede no deberse a la casualidad ya que según se dice fue Felicísimo Turull quien costeó las obras de la capilla en agradecimiento al santo por no haber tenido percances en la construcción de los ocho grandes edificios que mandó construir en el Cretas del siglo XVIII. Se trata de una típica capilla-portal barroca fechada por una inscripción en 1798. Se define por un arco de medio punto por cada lado. A la capilla se accede por una escalera situada en uno de sus ángulos. El interés recae en la fachada que da a la calle de San Antonio. En ella se abre un gran balcón en arco mixtilíneo sobre pilastras sobre la que se ve una pequeña hornacina. El conjunto se corona con un gran cimborrio poligonal.