Rodeaban el casco urbano, pero están desaparecidas.
Durante las guerras carlistas fue escenario de grandes combates. Así los días 31 de agosto y 1 de septiembre de 1839, se enfrentaron las fuerzas de Cabrera contra una columna del ejército isabelino en el pueblo. Los liberales buscaron refugio en la iglesia para organizar una última resistencia, pero ante la superioridad numérica de los carlistas, tuvieron que capitular. El pueblo quedó reducido a cenizas en tres de sus cuatro partes.